Pauline Ferrand-Prevot: una triple campeona sobre ruedas
Pauline Ferrand-Prevot es una ciclista profesional francesa que hace unos días se ha convertido en triple campeona del mundo. Ganar un campeonato del mundo es difícil, imaginen ganar tres, cada uno de ellos en una disciplina diferente. A Ferrand-Prevot le da igual el asfalto de Ponferrada, el barro y el frío de Tabor (República Checa) o las laderas de los Pirineos.
En 2012, una ciclista de 20 años consiguió destronar a Jeannie Longo en el Campeonato de Francia de Contrarreloj. Longo, que tenía entonces 53 años, aún seguía ganando. Había sido campeona de Francia en esa especialidad en los cuatro años anteriores y acumulaba 59 títulos nacionales, 13 mundiales y uno olimpico. Eso no amilanó a la joven Pauline Ferrand-Prevot, que consiguió la victoria y lanzó un mensaje a la leyenda del ciclismo femenino: C’est fini.
Tres años después, aquella joven ciclista ha conseguido algo nadie más ha hecho: ser a la vez campeona del mundo de ciclismo en ruta, de ciclocrós y de mountain bike, el último de los tres títulos que ha ganado. La francesa aventajó en 58 segundos a la rusa Irina Kalentieva, doble campeona del mundo, y en 1:36 a la ucraniana Yana Belomoina el sábado en Vallnord (Andorra). Si ganar un campeonato del mundo es difícil, imaginen ganar tres, cada uno de ellos en una disciplina diferente. A Ferrand-Prevot le da igual el asfalto de Ponferrada, el barro y el frío de Tabor (República Checa) o las laderas de los Pirineos. «Me gusta ganar, levantar los brazos. Cuando tienes lo que quieres es genial«, dijo tras la carrera.
PFP lleva años compaginando la ruta con el mountain bike y el ciclocrós, ya lo hacía antes de cumplir los 10 años. Sus padres eran ciclistas aficionados y su padre tenía una tienda de bicicletas en Reims. La bicicleta es un asunto de familia. A los 6 años comenzó a montar, a los 8 cogió la bicicleta de montaña y unos años después, tras descartar el patinaje, ya ganaba a niños. A partir de ahí, una carrera imparable que le ha llevado a tener con 23 años un palmarés con el que sueñan muchos ciclistas.
A pesar de todo, la mayor parte de los ingresos de Ferrand-Prevot no provienen del ciclismo, sino del Gobierno francés: trabaja para la Gendarmería. No tiene un sueldo de su equipo, sino que recibe premios por sus resultados. A eso hay que sumar los patrocinios de marcas como Nike u Oakley. «No estoy en el ciclismo por dinero, sino porque amo este deporte», confesaba en una entrevista en Libération hace un año.
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