Máxima Acuña, premiada por defender sus tierras frente al extractivismo
Máxima Acuña, campesina peruana y abuela, lleva ya cinco años enfrentándose junto a su familia a los golpes y el acoso tanto de la policía como de los empleados de seguridad de Newmont, una de las empresas más grandes de extracción de oro en el mundo. Su casa está dentro del terreno de explotación del proyecto Conga. Pero ella no se amedrenta y se ha convertido en uno de los líderes regionales y un símbolo de resistencia. Ahora, tal y como destaca el medio peruano Ojo Público, Acuña acaba de resultar ganadora el premio Goldman, el galardón por la defensa del medioambiente más importante, y lo ha recibido en el Teatro de la Ópera de San Francisco, en EEUU, junto con otros cinco defensores del planeta.
La escalada del conflicto desde 2011 acabó, un año después, con cinco muertos en enfrentamientos con la policía. Los hechos provocaron un parón en el proyecto Conga, que está situado en la sierra norte peruana y detrás del cual hay miles de millones en juego. “Para campesinos, defensores de derechos humanos y ecologistas, Máxima Acuña es un ejemplo de coraje y resistencia. Para quienes el progreso de un país depende de explotar sus recursos naturales, Máxima Acuña es una campesina terca y egoísta. O, peor aún, una mujer que busca sacarle dinero a una compañía millonaria”, escribía el cronista Joseph Zárate hace un año.
La compañía logró llevarla a juicio, pero la empresa lo perdió en segunda instancia. Algunos la consideran la “heredera” de Berta Cáceres, quien también fue premiada con el Goldman por su lucha contra una represa y acabó siendo asesinada el pasado marzo. El premio a Acuña pretende reconocer y destacar la lucha de las comunidades campesinas por mantener su estilo de vida tradicional y sus hogares frente a la lógica extractivista. La vida de esta agricultora no es nada fácil: el acoso de los agentes de seguridad de la compañía se traduce en el destrozo de cultivos y robo de ganado, según denuncia. La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) y el Defensor del Pueblo, Eduardo Vega, ya han pedido al Estado peruano garantizar la integridad física de Acuña.
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