En una guerra contra las mujeres, Trump pierde siempre
Hay varios aspectos de la campaña de Donald Trump que son un regalo caído del cielo para Hillary Clinton. Ninguno es más importante que su desprecio, poco disimulado, por las mujeres. Hay innumerables testimonios que lo demuestran de la época en que ni imaginaba que podía presentarse como candidato a unas elecciones. Pero la cosa no acaba ahí. Ya inmerso en las primarias republicanas, ha vuelto a dejarse llevar por su visión extrema de la misoginia, siendo sus ataques a la presentadora de Fox News Megyn Kelly el ejemplo más conocido.
Como su rival en las elecciones va a ser una mujer, Trump no podía evitarlo. Más tarde o más temprano, tenía que recurrir al machismo invertido, es decir, afirmar que su rival goza de ventaja por el hecho de ser una mujer.
Clinton ha obtenido hasta ahora 12.135.109 votos (en las republicanas, Trump ha recibido 10.056.690, lo que le pone en camino de un récord).
La cifra de Clinton es un 57% de los votos emitidos en las primarias. Según la teoría del millonario, todo lo que supera el 5% hasta el 57% sería el ‘plus femenino’ del que disfruta Clinton. Con tal regalo, resulta difícil comprender cómo es posible que nunca antes una mujer haya sido elegida presidente de EEUU.
Este tipo de declaraciones, además de no resistir una mínima comparación con la realidad, suponen una carga insuperable para la campaña de Trump por el pequeño detalle, bien conocido por todos, de que más o menos la mitad del censo electoral está compuesto por mujeres. Por eso, no debe sorprendernos que todas las encuestas que tienen en cuenta el factor de género estén ofreciendo datos nunca antes vistos sobre el rechazo que Trump provoca entre las mujeres.
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