Un país de empleados con muchos jefes y algunas jefas
La queja es recurrente en muchos centros de trabajo: hay más jefes que indios, se dice. Pero la estadística, de momento, lo desmiente. España es un país de empleados que tienen bastantes jefes y algunas jefas. Del conjunto de los trabajadores, 12,4 millones (casi un 70% y 1,3 puntos más que el año pasado) son empleados rasos, que no tienen personas a su cargo pero sí jefes por encima, según se desprende de las variables de submuestra de la Encuesta de Población Activa (EPA) de 2015. Estos empleados están dirigidos por un grupo que lo forman 3,4 millones de jefes de distinto grado, de los cuales solo un tercio son mujeres. Fuera de estos dos grupos queda un 10,7% de trabajadores que no tienen ni jefes ni empleados (los autónomos, en su mayoría).
Cada año, además de la tasa de paro, el INE aprovecha la EPA para trazar un panorama del empleo en España analizando distintas variables. Son las llamadas variables de submuestra. Una de ellas es el tipo de puesto de trabajo, que clasifica las ocupaciones en función de su grado de responsabilidad. Y ese punto conforma un dibujo bien distinto al del adagio de los indios.
Así, el INE señala que de los 17,8 millones de asalariados de España, 12.486.000 se clasifican como “empleados con jefes pero sin subordinados», un 69,9% del total (un 68,8% en 2014). De ellos, 6.270.000, un 50,2%, son mujeres, frente a 6.216.100 hombres. Es decir, en números absolutos la paridad es casi total. No obstante, si atendemos al porcentaje de empleados sobre el total de trabajadores, se observa que las empleadas suponen un 77% del total de mujeres con trabajo, mientras que el porcentaje de hombres en esta categoría es del 63,7%. Por tanto, la diferencia está en las categorías superiores: hay más jefes que jefas.
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