Un Puñado de Canciones Feministas
A nadie se le escapa que la cultura de una sociedad es el reflejo de sus valores básicos, valores que no son otra cosa que normas compartidas, abstractas, de lo que es correcto, deseable y digno de respeto, decir o pensar en una situación determinada.
La transmisión cultural se puede producir a través del arte en general, de las artes visuales, de la literatura, los medios de comunicación, la publicidad, y por supuesto la música.
La presencia de las mujeres en el arte de todas las épocas y países no siempre ha significado algo positivo para nosotras, pues nuestra imagen es la expresión de estereotipos sobre la condición femenina, por tanto, lo que debía y debe ser una “mujer”, frente a lo que debe ser un “hombre”, según la época, la geografía y las tradiciones. Por otro lado, no toda la producción artística está hecha por varones, ha habido y hay muchas mujeres que pintan, esculpen, escriben, componen y construyen. Sus obras ofrecen un mensaje diferente porque en ellas se representan a sí mismas, no como lo prescribe el patriarcado sino en su realidad y con la consiguiente reivindicación de su dignidad y derechos.
¿Por qué feministas? Porque el Feminismo, a pesar de la dificultad existente por transmitir su “verdadero significado”, a pesar de que hay todavía gente que lo entiende como lo opuesto al machismo y no conoce el verdadero significado del Feminismo, es la corriente filosófica, teoría política y social, ideología y un conjunto de movimientos políticos, culturales y económicos que tienen como objetivo la igualdad de derechos entre hombres y mujeres.
Por eso, las canciones y la música feministas pueden y deben contribuir a crear un imaginario colectivo diferente al patriarcal. Son aquellas canciones que rompen con estereotipos, moldes, con personajes encorsetados, son canciones que defienden la igualdad, y promueven el empoderamiento de las mujeres, el respeto, las relaciones sanas, y la diversidad sexual y afectiva.
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