Cómo limitan a tus hijos los estereotipos de género
Las normas de género de una sociedad influyen y determinan a través de la crianza, muchas veces de formas limitantes, el desarrollo de la identidad de los niños y niñas, su crecimiento y oportunidades de vida. En Estados Unidos, la mitad de las niñas están insatisfechas con su cuerpo, el 42% de las alumnas de entre primer y tercer grado desean ser más flacas, mientras que a los 10 años, el 81% de ellas teme ser gorda, y peor aún: una de cada 10 niñas sufre de trastornos alimentarios, lo cual perjudica la buena nutrición que necesitan para pensar y aprender.
¿Qué dicen estas estadísticas de las expectativas de género y la autoestima infantil?
Desde muy temprana edad, los padres, maestros y medios de comunicación enseñan a las niñas que su valor está determinado primordialmente por su rol reproductivo, su belleza, su delgadez y por ser sensibles, cariñosas y obedientes, y no por su inteligencia, asertividad, creatividad y capacidad crítica o de liderazgo.
Sorprendentes estadísticas de un estudio publicado en The New York Times mostraban el alarmante sesgo de género en las preocupaciones parentales por sus hijos. La investigación, usando los datos de buscadores como Google, concluye que los padres y las madres estadounidenses realizan con mayor frecuencia consultas referidas a la inteligencia de los hijos varones en comparación a las mujeres, y sobre la apariencia de sus hijas mujeres con mucha mayor frecuencia que la de sus hijos varones. Esto sugiere que estas preocupaciones están guiadas por importantes prejuicios en las expectativas de los padres respecto a sus hijos e hijas.
Las expectativas, tanto parentales como sociales, afectan el desarrollo de aspectos clave de la personalidad, los comportamientos y la salud de los niños y limitan el desarrollo del potencial de niños y niñas relacionado a sus experiencias y oportunidades de vida.
En cuanto a las niñas, a los seis años, suelen haber internalizado los mandatos y mensajes recibidos a través de las pautas de crianza y comprenden claramente que su apariencia física es un aspecto vital de su identidad, y que su cuerpo es su punto de venta ante el mundo que las rodea. El bombardeo mediático al que están expuestas las niñas, donde la imagen, vestimenta y marketing manifiestan la falta de respeto y la objetivación de las mujeres, afecta el desarrollo de su autoestima, la creencia en su capacidad de lograr lo que se proponen en la vida y la relación con su cuerpo.
Leer el resto del artículo en El País.