Y fueron felices… ¿los dos? Superando los mensajes machistas de Disney
Se conocieron, se enamoraron, solventaron algún que otro bache, y el príncipe y la princesa fueron felices y comieron perdices. ¿Fin? Ni mucho menos. Esto acaba de empezar y, especialmente si sois alguno de los personajes de Disney con sus traumas machistas y sus comportamientos sexistas asumidos, puede ser una relación larga, tediosa y de lo más complicada.
No nos equivoquemos que aquellas tiernas películas de la infancia son de todo menos un cuento de hadas. Si la Cenicienta nos dejó claro que, si te callas, limpias bien y centras tus preocupaciones en estar siempre mona, las posibilidades de dar el ‘braguetazo’ de tu vida son más que factibles; la Sirenita mandó otro mensaje claro: renuncia absolutamente a todo (incluidas tus piernas de serie) para adaptarte a las condiciones vitales que te ofrezca ‘el amor de tu vida’. Y qué decir de la «idílica» relación entre Bella y Bestia que empezó cuando ella fue secuestrada en casa de aquel energúmeno con claros problemas de personalidad y violento a más no poder al que, con su magia de princesa Disney, terminó por cambiar. ¿Qué bonito?
“Todos estos mensajes tienen que ver con la socialización diferencial que hemos vivido todas las personas, que sigue muy vigente y que, en general, la cultura se ha encargado y se encarga de potenciar. Disney es un fuerte colaborador que da respaldo a que hoy en día sigan latentes las desigualdades de género. La compañía no es ni será la única que participe, pero lo cierto es que es un referente muy importante dentro de la maquinaria audiovisual que lleva transmitiendo este tipo de ideas desde el siglo pasado”, explica a EL ESPAÑOL Ana Bote Corralo, pedadoga especializada en prevención de violencia machista y actualmente trabajadora en la ONG Mujeres Opañel.
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