‘Women’s March’: el feminismo está vivo
Sin duda alguna el éxito de la convocatoria de la ‘Women’s March’ en Estados Unidos ha sido evidente. Aunque ya sabemos cómo es esto de las cifras oficiales, está claro que, tanto en las redes sociales, donde durante todo el día se mantuvieron en los primeros lugares los hashtags propuestos por las organizaciones, como en todas aquellas ciudades donde se llevaron a cabo estas movilizaciones, se demostró que el feminismo está más vivo que nunca.
Si las elecciones norteamericanas han evidenciado algo, es que las mujeres no vamos a permitir ni un milímetro de retroceso en nuestros derechos, por mucho que nos quede aún en el camino hacia la Igualdad de género. Tenemos claro que para que la democracia sea real, es necesario contar con toda la población y sacar el sexismo y la misoginia de la esfera política.
El 21 de enero de 2017, el primer día de presidencia de Donald Trump, las mujeres de todo el mundo hemos querido dejar muy claro que queremos un cambio real, y lo queremos ahora. En más de 700 ciudades de todo el mundo, pero fundamentalmente en Washington y en Londres, hemos dejado patente que nos importan los valores de la ilustración, esa igualdad, libertad y fraternidad que las políticas del miedo quieren socavar.
En Londres, las calles se llenaron de mujeres de todas las edades y procedencias llevando mensajes varios, sin duda el más claro es “Women’s Rights are Human Rights” (Los derechos de las mujeres son Derechos Humanos) y hemos salido acompañadas de muchos hombres que han entendido que solo a través de la igualdad, conseguiremos las transformaciones sociales que este mundo necesita.
Dentro de las más 80.000 personas que se manifestaron hoy aquí, nos encontramos un grupo de compañeras encarnando a las Sufragistas que, en 1907, hace 110 años marchaban por estas mismas calles reclamando el derecho al sufragio universal.
Nuestras compañeras del Women Equality Party, el Partido por la Igualdad de las Mujeres, han jugado un papel fundamental en la organización de la marcha, quedando patente su enorme poder de convocatoria, entre otros al permitir la doble afiliación. Y es que está claro que en estos momentos que vivimos los problemas que afectan a la igualdad de las mujeres se defienden con mayor contundencia desde una agenda política incontestablemente feminista, trabajando desde allí con el resto de los partidos.
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