Pau Ribes: “Me dicen si soy homosexual o un bicho raro”
La aventura de Pau Ribes empezó en 2003, durante una exhibición en las piscinas de Montjuïc. Acudió al espectáculo «Sueño de Agua», donde varios jugadores de waterpolo hacían un pequeño número de sincronizada “con movimientos muy básicos”, recuerda el nadador catalán, que entonces tenía 7 años. El niño quedó maravillado y supo que quería dedicarse a eso. “Bueno, pues vamos a informarnos”, le dijo su padre.
Así es como Pau Ribes (19 años), que en Kazán se convertirá en el primer español en disputar un Mundial de natación sincronizada, decidió dedicarse a una disciplina hasta ahora ‘vetada’ a los hombres. De hecho, el dúo mixto, en sus modalidades de libre y técnico, se estrena en este Mundial (24 julio-9 agosto) por primera vez en la historia. Hay que remontarse a casos insólitos como el del americano Bill May, que desde 2008 ha realizado exhibiciones para el Cirque du Soleil y luchador incansable para que la sincro masculina sea reconocida, para hallar casos de hombres que practiquen una disciplina tradicionalmente femenina. May, junto al francés Jean-Benoit Collin, ambos procedentes del circo y el espectáculo, serán los favoritos en un Mundial donde Pau se siente orgulloso de que haya un español. Siente que hace historia al participar, junto a la veterana Gemma Mengual en su retorno a la competición, en una disciplina inédita que espera dar el primer paso de un largo recorrido.
“El deporte no tiene sexo”
Pero llegar hasta aquí no ha sido fácil. “Quiero decirle a la gente que el deporte no tiene sexo, ningún deporte. Aunque estemos en el siglo XXI, todavía cuesta ver con normalidad a un chico en la sincro, igual que pasa en patinaje artístico o en gimnasia rítmica. Hemos de empezar a cambiar el ‘chip’, empezar a tocar de pies en el suelo porque si te gusta hacer un deporte y disfrutas debes hacerlo seas chico o chica, ¿no?”, se pregunta Pau.
La cuestión es obvia, aunque no todo el mundo lo ve con los mismos ojos. Así, el nadador ha tenido que sufrir algunos desprecios durante su carrera. “Me decían que éste es un deporte de niñas y me preguntaban si soy homosexual o un bicho raro… Hay gente que se ríe, pero yo siempre he pasado de todo. Y mis padres me han apoyado desde siempre”, relata. De hecho, Pau asegura que “he tenido que ser muy fuerte, tener la cabeza bien amueblada, estar muy seguro de mi mismo y ser un punto pasota…. A los niños les digo que lo prueben, que a ver si nos animamos y entre todos movemos esto porque hay que hacer camino”.
A sus 19 años, la sincro se ha convertido en el centro de su vida. Es preparador en el CN Granollers y a partir de ahora, por fin, puede también ejercer de profesional. Su sueño se ha hecho realidad. “La gente no me conoce, pero ya llevo 12 años en este mundillo”, explica el catalán, que estuvo compitiendo hasta la categoría júnior sólo contra chicas. “Me dejaban competir en Catalunya pero tuve muchos problemas en España. Tuvimos que hacer una recogida de firmas para poder conseguirlo”, recuerda. Todos los clubs firmaron a favor de la participación en campeonatos oficiales de este chaval testarudo y tenaz. Al final lo logró, pero a los 18 años vio que el camino no daba para más. No podía disputar Europeos ni Mundiales ni Juegos y se limitó a hacer exhibiciones y a ejercer de entrenador.
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