Leyendo libros prohibidos: así se educó la gran matemática autodidacta Marie-Sophie Germain
A finales del siglo XVIII las mujeres no recibían educación superior, ni se consideraba que pudiesen ser científicas o (mucho menos) matemáticas, por lo que Marie-Sophie Germain no tuvo nunca oportunidad de cursar estudios reglados.
Pero su afición por las matemáticas, la filosofía y en general las ciencias la llevó a cultivar su espíritu leyendo compulsivamente los libros de la biblioteca de su padre, incluso contra la expresa prohibición de sus progenitores; esto le hizo cultivar una amplia aunque irregular educación debido a la falta de maestros y de una planificación reglada.
Consiguió reducir esta limitación en parte cuando estableció correspondencia con algunos de los más importantes matemáticos de su época como Carl Friedrich Gauss, que admiraron su intelecto y sus avances matemáticos.
Eso sí; Germain firmaba sus cartas y artículos como ‘Sr Le Blanc’ para que Gauss no supiese que era una mujer; al enterarse el matemático alemán se sorprendió muchísimo, aunque lo aceptó e incluso luchó por que la Universidad de Gottingen le concediera un doctorado ‘honoris causa’ sin conseguirlo; la matemática francesa jamás recibió ningún título académico.
Y sin embargo hizo importantes avances en Teoría de Números como el Teorema de Germain que resultó vital para la demostración (en el siglo XXI) del famoso Último Teorema de Fermat.
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