‘Estamos todas bien’, las voces de nuestras abuelas contra el olvido histórico
En una de las célebres tiras de Mafalda, la genial niña recorría viñeta tras viñeta observando anonadada lo limpia que estaba su casa. Con tristeza y temor. La ropa planchada, el impoluto salón y los platos fregados que aparecían en cada dibujo no eran para ella nada más que señales del drama, del sometimiento. Así que cuando por fin encontraba a su madre, ya al borde de la última viñeta, no le quedaba otra que preguntarle a su madre: «Mamá, ¿qué te gustaría ser si vivieras?«. No serán pocos los que sigan volviendo, una y otra vez, sobre las viñetas de Quino para dar cuenta de cómo hay luchas por las que las décadas pasan muy lentamente. Demasiado.
La ilustradora Ana Penyas, quizás inspirada por la mítica tira, cuenta que algo en ella despertó el día que se atrevió a preguntarle a sus abuelas qué querían ser de mayores. Algo estaba dormido y aquella pregunta lo despertó, pues de ella surgieron muchas otras. La joven empezó a querer entenderse a sí misma a través de ellas, a cuestionarse su rol como mujer en la sociedad en la que vivía y a hacerlo con la perspectiva que da conocer tu pasado. O más que eso, el de los que te rodean. El pasado común.
Años después, tras haberse diplomado en Diseño Industrial y estudiando Bellas Artes en Valencia, un profesor le pidió que hiciesen el ejercicio de narrar mediante viñetas una anécdota personal. Ella decidió contar un día en la vida de su abuela Maruja. De ahí nacería Estamos todas bien, la ganadora del X Premio de Novela Gráfica Fnac-Salamandra Graphic, uno de los galardones más importantes de nuestro país en el ámbito. Conmovedora obra sobre la memoria histórica familiar, aquella que remite al salón de casa, a recuerdos en cajas y fotos viejas, a conversaciones con nuestros mayores. También sobre la urgente necesidad de darles voz y espacio para narrar su historia, que no es otra que la de todos.
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