El partido de tenis en el que una mujer destrozó al hombre que la retó
Hace algo más de cuatro décadas, dos tenistas norteamericanos disputaron uno de los partidos más decisivos para la historia del tenis femenino. Aunque todo el mundo estuvo pendiente de la pista (se calcula que fue visto por más de 90 millones de personas), el resultado tendría, en realidad, más repercusiones fuera de ella. En 1973 Billie Jean King de 29 años barrió de la pista al excéntrico Bobby Riggs de 55, que la había retado a un partido para dejar sentada la superioridad masculina en el tenis y confirmar la extendida teoría de que las mujeres no eran capaces, ni física, ni psicológicamente, de aguantar un partido a tres sets contra un hombre. Esta visión justificaba un trato discriminatorio y peyorativo hacia las tenistas que querían ser profesionales.
Hartas de ser las teloneras de sus contrapartes masculinas, que llegaban a percibir premios diez veces más cuantiosos que ellas, un grupo decidió fundar la Virginia Slim International. Esto les valió la expulsión de ATP (Asociación de Tenis Profesional), dirigido en esa época por Jack Kramer, un tenista de fama en los 40 y 50 y uno de los mayores defensores de que las mujeres debían estar en su casa y no intentando jugar al tenis.
La llamada batalla de los sexos, como se conoció aquel partido (el más visto de la historia) supuso el inicio de la WTA (Women’s Tennis Association), fundada también por King, e inició una etapa de mayor igualdad en el tenis.
La historia terminaría de forma feliz, si no fuera porque el partido de la igualdad de las mujeres en el tenis, y en el mundo del deporte en general, no ha terminado.
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