«El feminismo es la igualdad absoluta y el respeto máximo»
En una calle recóndita de la Alameda de Hércules, habita una mujer oculta entre obras de Arte. Sevilla guarda secretos y, en este caso, una extremeña adoptada a las orillas del Guadalquivir que se posiciona. Lola Zehínos es tajante con todo lo relativo al mercado del arte, al feminismo y a la anarquía. Sabe que el Sistema en el que vivimos oprime al creativo, al borracho y a las ganas de vivir. La entrevistamos en su Galería Roja, entre ilustraciones y humo de tabaco.
¿Quién es Lola Zehínos?
Si hay algo que me caracteriza, aunque me resulte muy raro decir algo bueno sobre mi, son los principios que tengo.Siempre me han dicho que sea fiel a como soy, algo que en el pueblo cuesta mucho.
Una vez me dijeron que era incorruptible y me sorprendí de que me lo dijesen como algo peyorativo, cuando creo que todo el mundo debería ser así. Creo que soy muy tolerante y amiga de cualquiera porque lo que me importa es como sean ellos como persona. Soy defensora de los demás, de los que considero más débiles.
¿Por qué decidiste introducirte en el mundo del arte?
Pensé que había que cambiarlo. A veces soy muy utópica pero ¿quién dice que no? Llegué a Sevilla para estudiar Historia del Arte y me di cuenta que no me enseñaban a pensar. No había un debate, no se cuestiona nada. No me gusta el sistema de enseñanza, te tratan según la catalogación que ellos ven conveniente, según etiquetas. Para mí la universidad fue una de las grandes decepciones de mi vida.
Este fue uno de los motivos por el que monté la galería. Estaba cansada de siempre ver las mismas obras, las mismas exposiciones, los mismos autores. Luego me iba enterando que si no eres amigo de tal o amigo de alguien del ayuntamiento, no había nada que hacer. Es una burbuja asquerosa. Entonces quise crear un espacio que pudiese ir toda esa gente a la que habían rechazo, gente de cualquier parte.
Por otro lado, empezamos a hacer cursos fuera de la dinámica tradicional de la ciudad y decidimos abrir el abanico y buscar a la gente más pepino que hubiese alrededor del mundo e invitarlos a nuestra galería a compartir sus conocimientos y a que nos enseñara su forma de hacer Arte.
No hago esto por dinero, lo hago para que la gente cambie su visión, que salga de ese bucle. Quería que hubiese un sitio, aunque fuera el más cutre para disfrutar y sentir lo que está viendo. El Arte no hay que entenderlo, hay que sentirlo. No hay que ser un erudito del arte para entrar en una galería o un museo.
Leer la entrevista completa en El Salto Diario.