La brecha salarial no es lo que pensabas
En la empresa de Gloria una secretaria y un administrativo hacen funciones similares: gestión de llamadas, facturas, atención a clientes… Sin embargo, la secretaria, mujer, tiene una categoría inferior y su sueldo es, por tanto, más bajo que el del administrativo, hombre.
Este podría ser un caso típico de brecha salarial, sutil e indirecta: no tiene tanto que ver con que la empresa asigne explícitamente sueldos base diferenciados en función del sexo, sino con reconocer de forma distinta empleos que tienen igual valor o con premiar con complementos unas tareas en detrimento de otras.
Según la metodología que se use para el cálculo, la brecha salarial oscila entre el 17% y el 24%.»Es muy complicado detectarla. No se trata de una discriminación directa, en la que a él se le pague 1.000 y a ella 800, eso es lo grosero y no te lo encuentras. Lo complicado es lo indirecto, cuando el valor del trabajo es el mismo, pero la categoría o el sueldo, no», explica el inspector de trabajo y portavoz de la Unión Progresista de Inspectores de Trabajo (UPIT), Fermín Yébenes.
En 2015, último año con datos disponibles, hubo 414 inspecciones rutinarias a empresas para detectar discriminación salarial por razón de sexo. Se advirtió en cuatro: a tres se les extendió acta de infracción por un importe total de 37.502 euros, y a la otra se le envió un requerimiento para que subsanara la situación bajo amenaza de sanción.
Para la vicesecretaria general de UGT, Cristina Antoñanzas, son pocas actuaciones para atajar un problema grave como es el de la brecha salarial. Más allá de de las actuaciones de la Inspección contra la discriminación salarial, en 2015 se hicieron 1.357 inspecciones para detectar discriminación por razón de sexo, 769 sobre planes de igualdad, 623 sobre discriminación en la negociación colectiva, 247 sobre acoso discriminatorio por razón de sexo, y 274 sobre sobre discriminación en el acceso al empleo. En total, 56 infracciones. Los datos, dice Antoñanzas, muestran que la igualdad y la discriminación «no son una prioridad».
Leer el resto de la noticia en El Diario.