“Somos muchas mujeres trabajando en la industria de la música. Quizá la excepción es ver a mujeres al frente de divisiones en las empresas de la música”
La parte bonita de la música y de la cultura en general, es aquella que se ve y se escucha. Aquella que se sube a un escenario a trasmitir, que sale sonriendo en una entrevista para promocionar su disco, que tiene miles de seguidores en redes sociales donde muestra su cara más amable… Pero para que la noria de la música siga girando, también es necesario el trabajo de muchas personas en la sombra. Además, muchas de esas personas suelen ser mujeres, que empiezan a reclamar dejar de ser sombra para ser luz.
Una de esas personas es Alma Martínez, responsable editorial de Boa Música, un sello especializado en hip hop y donde lleva trabajando desde 1995. Alma es parte del sello donde saco mis discos y, además, es mi editora. Pero después de liarnos para conciertos por Palestina u otra causa similar y de compartir alguna cerveza en la fiesta del PCE, sobre todo la puedo llamar amiga y compañera. Por ello quería que mi segunda entrevista para Público fuera con ella. Porque he conocido muchas personas en el mundo de la música, tanto en camerinos como en conciertos, pero pocas tan sinceras, fuertes y trabajadoras como Alma.
Eres la responsable editorial de Boa Música. Seguramente mucha gente no sepa exactamente cuál es tu función, ni siquiera yo la controlo del todo y eso que eres mi editora (risas). ¿Puedes explicar al lector tus principales tareas?
Como editora, gestiono los derechos de autor de las obras que crean autores y compositores y que después interpretarán los artistas. Aunque en el caso del hip hop coinciden las dos figuras (artista/autor). Además, también trabajo activamente para recaudar los derechos que generan las obras y promocionarlas. La figura del editor es fundamental para asegurar que se respeten los derechos morales del autor. Eso obliga a que el autor y el editor estén vinculados, porque debo saber qué quieren y qué no los autores con los que trabajo. Al final es una relación basada en la confianza; te ceden la explotación y la protección de lo mas valioso que crean, sus obras.
Como dijimos antes, trabajas para Boa, un sello discográfico independiente que, sin embargo, genera mucho odio. Me incluyo entre esos raperos que miraban con recelo la discográfica hace años. ¿Es por una tendencia dentro de determinadas músicas de odiar todo lo que huele a comercial o no ha sabido vender una buena imagen Boa?
Hay que asumir que el hip hop siempre ha sido un tipo de música, digamos, “al margen”. Un género que creció entre parques, jams (como se llamaba a las fiestas hip hop) y cintas de casete. En los 80, con el primer boom del rap, surgieron muchos sellos de hip hop dirigidos por personas con un perfil mas artístico que de gestión. Quizá esos modelos fueron mas amables para la escena y tenían mejor imagen, pero fracasaron. Tal vez por eso, por no estar en la “escena”, Boa ha sido mas odiada que otras por algunos sectores y grupos de hip hop.
Leer la entrevista completa en Público.