Un estudiante premiado en Madrid saca los colores a todo el sistema educativo
La cita era temprana. A las 11 de la mañana. Un año más la Comunidad de Madrid ha querido reconocer a los mejores estudiantes madrileños – tanto de centros públicos, como concertados y privados-. A la entrada del Instituto Beatriz Galindo – situado en plena calle Goya de Madrid-, varios alumnos de la escuela de música daban la bienvenida a golpe de trombón, clarinetes, flautas… La melodía era pegadiza y reconocible, sonaba la banda sonora de Star Wars, un presagio de lo que iba a ocurrir en el interior del salón de actos.
Nadie esperaba que un estudiante de 19 años fuese a enmudecer a todos los asistentes, entre ellos, el presidente de la Comunidad de Madrid, Ángel Garrido y el consejero de Educación, Rafael Van Grieken, que han presidido este lunes la entrega de los Premios Extraordinarios de ESO, Bachillerato, FP y Enseñanzas Artísticas Profesionales.
Ese estudiante del IES Ramiro de Maeztu se llama Francisco Tomás y Valiente. Su apellido es inconfundible – es nieto del expresidente del Tribunal Constitucional asesinado por ETA -. Pero no le han premiado por él, sino por ser uno de los mejores estudiantes de Bachillerato de toda la Comunidad de Madrid. Este alumno de Filosofía y Políticas ha sido el elegido para dar el discurso de entrega de los premios. Y no, no desaprovechó la oportunidad para lanzar un mensaje directo a los políticos. En apenas tres minutos dio un toque de atención contundente y demoledor: “Menos excelencia y más equidad educativa”.
Ese ha sido el alegato de este alumno, que despertó un sonoro aplauso cuando dijo: “La calidad educativa no puede reducirse a la excelencia académica. La calidad educativa comporta otro elemento esencial, más allá de la excelencia académica, la equidad”. Con esa idea, también ha añadido que “sería injusto no recordar que no solo son excelentes aquellos que obtienen óptimos resultados, sino muy especialmente, quienes consiguen progresar desde circunstancias menos ventajosas, en ocasiones, con problemas familiares, aprietos económicos o dificultadas de aprendizaje. No podemos permitir que el olvido de nuestra suerte presida esta celebración”, y por si quedaban duda, lo dijo más claro, “la prioridad no podemos ser aquellos que obtenemos resultados considerados como excelentes. La prioridad que tienen que ser aquellos que tienen más dificultades”.
Leer el artículo completo en Cadena Ser.