Lesbianismo: cuando el armario se abrió, estaba lleno de palabras
Salir del armario es en lo personal un valiente acto de coherencia con la propia identidad, es en lo social un hecho de reivindicación y ha sido en lo lingüístico un interesante punto de partida para que se dé un cambio en el vocabulario.
En los últimos 20 años se han puesto en circulación términos para hablar de la homosexualidad sin connotación ofensiva y se usan ya comúnmente siglas inclusivas de identidades sexuales discriminadas (LGTBI). Si miramos hacia atrás, la situación era otra, ya que los vocablos utilizados en español para hablar de homosexualidad eran mayoritariamente insultantes. Con todo, había una obvia descompensación en ellos: se usaba un amplísimo número de adjetivos para la homosexualidad masculina, pero en cambio la homosexualidad femenina en español se señalaba históricamente con apenas dos términos: marimacho y machorra.
En un paralelismo con los nombres de plantas, donde el ejemplar que no da fruto es llamado ‘macho’, el adjetivo ‘machorra’ se aplicaba para hembras animales que no concebían por ser estériles. En un viaje que es muy común para los significados, ese sentido pasó del mundo animal a lo humano, y la palabra empezó a designar a la mujer que no podía tener hijos, a la que no quería casarse o a la que tenía apariencia masculina. El testimonio más temprano de este empleo lo tenemos en 1495, cuando se imprime un diccionario español con definiciones en latín compuesto por el sevillano Elio Antonio de Nebrija y en el que se define a la mujer machorra como ‘mulier mascula’ (en castellano, mujer masculina).
El otro adjetivo histórico usado en un sentido similar fue ‘marimacho’. Marimachos eran todas aquellas mujeres con comportamiento varonil. La antigüedad del uso se verifica también en diccionarios antiguos del español; por ejemplo, en el suplemento al diccionario de Sebastián de Covarrubias de 1611, se afirmaba que marimacho era el nombre que había puesto la gente “a unas mujeres briosas y desenvueltas que parece haber querido naturaleza hacerla hombres, si no en el sexo a lo menos en la desenvoltura’.
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