Igualdad y territorio: la lucha en común de las indígenas andinas
«A los 18 años fui la primera dirigenta en mi organización, mi abuelo que era un machista pedía que me pegaran porque estaba sentada entre hombres», recuerda Teresita Antazú, lideresa indígena del pueblo yanesha, en la Amazonia peruana.
Ahora, cuando está por cumplir 57 años y tras una vida dedicada a romper barreras, considera que en las últimas tres décadas las mujeres indígenas de su país y de toda la región andina han logrado visibilidad, reconocimiento formal de sus derechos y apertura de las instituciones a sus demandas.
Pero todavía siguen víctimas de violencias cruzadas por su condición de mujeres e indígenas, así como de discriminación y de amenazas crecientes sobre sus territorios, dijo a IPS la primera mujer cornesha (máxima autoridad) de la Federación de Comunidades Nativas Yaneshas, desde Constitución, en la selva central peruana, donde reside.
«Si los gobiernos no saben cómo vivimos las mujeres indígenas y los problemas que enfrentamos cada día, no podrán hacer políticas públicas que respondan a nuestras necesidades»: Teresita Antazú.
Antazú, la primera mujer que es cornesha (máxima autoridad) de la Federación de Comunidades Nativas Yaneshas, sintetiza como de «persistentes deudas sociales» el escenario en sobrevive la población femenina indígena en los países andinos.
Para Rosa Montalvo, documentalista ecuatoriana con 25 años de trabajo con mujeres indígenas en la región andina, es justamente su actual lucha por el territorio y la igualdad el hilo de continuidad con la gesta de Bartolina Sisa, la aymara ejecutada en 1782 por rebelarse ante la opresión de los conquistadores españoles.
Es en homenaje a esta heroína indígena que el Segundo Encuentro de Organizaciones y Movimientos de América Latina, realizado en Bolivia en 1983, instituyó el 5 de setiembre como el Día Internacional de la Mujer Indígena.
«Como Bartolina Sisa, las mujeres indígenas están en la brega por existir, por vivir en sus localidades y mantenerse como culturas, como pueblos y tener las oportunidades que merecen preservando la continuidad de las nuevas generaciones y más ahora que la arremetida a sus territorios es más fuerte», dijo Montalvo a IPS desde Quito.
Se refiere por ejemplo al caso de Colombia, donde la Organización Nacional Indígena que agrupa a 102 pueblos denunció que entre noviembre de 2016 y julio de este año fueron asesinados 65 líderes defensores por acción de grupos armados ilegales. Es justo desde que en el país se firmó el Acuerdo de Paz entre el gobierno y la guerrilla, que puso fin a medio siglo de conflicto.
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