La oportunidad de casarse con los libros
Monika Tasou’ou se queja con amargura de que los padres no valoran a las chicas. “Consideran más a los chicos que a nosotras”, afirma. Sus amigas Fekui Wahgou y Yvone Ngatsiya asienten con la cabeza. “Siempre se invierte más en ellos. Mis hermanos no han tenido que suplicar para ir al colegio, yo sí. Además, ellos pueden estudiar sin problemas, mientras que yo tengo que ir a por agua para la familia, ayudar en la cocina y hacer otro tipo de tareas asignadas a las mujeres. Ellos no hacen nada de eso, y pueden dedicarse a jugar al fútbol después de clase”, continúa. A pesar de la situación adversa, Tasou’ou ha terminado los estudios y se encuentra a la espera de los resultados de los exámenes para entrar en la universidad.
Las tres amigas viven en Barek, la capital de la zona de Tourou, en el corazón de los montes Mandara; un territorio escarpado y de muy difícil acceso en la región del Extremo Norte de Camerún. A Wahgou y Ngatsiya todavía le quedan dos y un año para terminar sus estudios en el instituto de su ciudad. A todas ellas les gustaría ir a la universidad, a Maroua, la capital de la región —a hora y media de viaje en coche debido a las deficiencias que presenta la carretera—, pero las tres saben que ese es un sueño prácticamente inalcanzable para ellas. “Nuestras familias no tienen recursos y los pocos que tienen los invierten en los chicos”, relata Tasou’ou.
Mogzo Ngayawa, líder de las mujeres del pueblo, afirma que las madres quieren que sus hijas estudien, pero que la falta de recursos económicos se lo impide. “Eso es lo que origina que muchas niñas abandonen el colegio y una vez que dejan los estudios, ¿qué alternativa les queda? Casarse es la única salida que tienen, por eso en esta zona hay tanto matrimonio infantil”, asevera Bassa Razoua, otra de las madres.
Tasou’ou no está convencida de que esta explicación responda a la realidad: “Los padres dan a sus hijas en matrimonio para cobrar la dote, que es para lo único que piensan que vale una chica. De ahí que, cuanto antes la casen, mejor para ellos”. Por eso, ella y sus amigas han creado una asociación para proteger los derechos de las jóvenes de Tourou, y dicen estar dispuestas a sacrificarse para recaudar fondos para que las que vienen detrás de ellas no encuentren sus mismos obstáculos.
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