Diez editoras contemporáneas
Alejandra Marquerie escribía hace unas semanas acerca de «la necesidad de reivindicar, recalcar, señalar y apreciar el trabajo de las mujeres que, a pesar de ser mayoría en el sector editorial, así como en las carreras y procesos formativos relacionados con la literatura y la gestión cultural, quedan veladas por figuras masculinas que favorecen la invisibilización de su trabajo».
Lo hacía prologando un extenso dossier de casi cuarenta páginas que trataba de visibilizar la labor de las editoras en el campo literario hispanoamericano y reivindicar el liderazgo creativo, editorial y literario que están reclamando las mujeres en el gran momento histórico de su revolución feminista.
Siguiendo su estela, en Librújula hemos conversado con Elena Medel (La Bella Varsovia), Julia Echevarría (Alpha Decay), Salomé Cohen Monroy (Laguna Libros), Sandra Buenaventura (Metalúcida), Laura Huerga (Raig Verd), Mireia Lite (Libros del Lince), Iolanda Batallé (:Rata_, Catedral, Bridge, La Galera), Sandra Cendal (Continta me tienes) e Isabel Zapata (Antílope).
Y si bien todas ellas coinciden al denunciar que la posición de las mujeres en el campo literario sigue estando en desventaja con respecto a la de los hombres, sorprende que esto ocurra hasta el punto de que una auténtica institución como Elena Medel deba aguantar todavía el machismo de sus colegas varones: «La Bella Varsovia cumple catorce años en 2018 y aún tengo que soportar muchas situaciones incómodas, paternalistas y de puro mansplaining en las que me indican cómo debo hacer mi trabajo, me brindan consejos que no he solicitado y me tratan no como a una profesional, sino como a una niña que se entretiene publicando».
De manera similar, Mireia Lite apunta al disparate que supone incorporar a hombres sin estudios literarios para dirigir un espacio repleto de mujeres especialistas en literatura: «Las mujeres en el campo editorial son una amplia mayoría, pero siguen siendo minoría en los cargos directivos, siempre que no sean ellas mismas las que han decidido emprender y montar su propia editorial o agencia. Los hombres directivos en gran parte no proceden de carreras universitarias de letras (Humanidades y Filologías), donde las mujeres son el 80% del total estudiantes, sino de carreras de económicas o empresariales».
Mireia también encuentra este contraste en los espacios de legitimación discursiva, donde reclama una mayor presencia de las mujeres: «Por lo que refiere a las autoras, necesitamos mucha más visibilidad en premios. Tanto en jurados como en galardones, aún estamos muy lejos de la paridad en este campo. Las mujeres ganan solo el 20% de los premios literarios. Si no conseguimos revertir esta situación no crearemos referentes igualitarios para las nuevas escritoras».
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