Cuando el miedo juega la partida
La Real Academia define miedo como la angustia por un riesgo o daño real o imaginario y como el recelo o aprensión que alguien tiene de que le suceda algo contrario a lo que desea. Miedo es lo que padecen 240 millones de niñas que sufren violencia cada día, pero también es lo que experimentan el resto de las millones de niñas y mujeres que viven con la amenaza de enfrentarse a ella a lo largo y ancho del mundo.
La violencia de género presenta magnitudes escalofriantes y tiene una presencia ensombrecedora que se advierte en todo el mundo e impacta a todos los niveles: en el físico, se daña el cuerpo; en el psicológico, la autoestima; en la violencia simbólica, se refuerzan roles y estereotipos tóxicos.
En el Informe Niñas libres de violencia, derecho a la educación, garantía de igualdad se estudia cómo se cruzan con el género otros ejes o factores que conllevan desigualdad: la situación de pobreza, la raza, etnia, diversidad funcional o situación de movilidad forzosa, entre otras. Así, no basta con evidenciar el sufrimiento de la niña, sino que debemos entender el lugar, el contexto, y las implicaciones que las diferentes condiciones en las situaciones que afrontan.
Esta mirada subraya la complejidad de la violencia de género, que se mediatiza por otros factores de discriminación que se suman al de ser niña, y que pueden aumentar exponencialmente su vulnerabilidad.
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