“Hemos tensado la institución pero no se ha articulado una política claramente feminista”
Cuatro años después de que una nueva herramienta política llamada Ahora Madrid y compuesta por una laboriosa articulación de actores y voluntades consiguiera desplazar al PP de la alcaldía de la ciudad tras 24 años de reinado, se avecinan unas nuevas elecciones. El escenario ha cambiado, actores y voluntades están aún en proceso de rearticulación, y el clima pre electoral es bien distinto.
En El Salto Madrid queremos hacer balance de lo que ha pasado entre la primavera del 2015 y esta agitada primavera del 2019. Para ello hemos conversado con varias activistas que nos han ofrecido una perspectiva crítica de la gestión municipal. Empezamos esta evaluación de la mano de la socióloga, docente y activista feminista queer Fefa Vila (Laza, 1968) con la que abordamos las luces y las sombras de este ciclo que se acerca a su fin, desde una perspectiva feminista.
¿Qué esperaba el movimiento feminista de este ciclo municipal?
Yo no sé si puedo hablar como el movimiento feminista, hablo como Fefa Vila y como activista feminista en esta ciudad desde hace mucho tiempo. El movimiento feminista es muy amplio, aglutina muchas tendencias y diversidades. Yo creo que el feminismo esperaba una política valiente respecto a cuestiones básicas, lo demostramos porque participamos directamente en el programa de Ahora Madrid, ahí está recogido parte de lo que creíamos que debía ser la acción municipal, aún sabiendo las limitaciones de esa acción municipal.
Para empezar esperábamos que hubiese un cambio desde dentro, no puedes hacer política feminista municipal si no cuentas con equipos feministas, si no te crees un paradigma político de intervención y gestión feminista, si no hay cabezas y un proyecto que se ponga en marcha. No existió la Concejalía de Igualdad de Género hasta hace dos años. Y, por lo que yo sé, es una concejalía bastante escorada y con poco presupuesto. Tampoco existió una política transversal feminista, que es lo que hay que hacer, sin hablar de la interseccionalidad que eso ni se conoce.
Añade una alcaldesa que no se ha identificado con el feminismo — y yo creo que eso es fundamental— o que se ha empezado a nombrar feminista desde el año pasado, cuando el feminismo expandió toda su potencia política y la escenificó mundialmente. Esa valentía de asumir un paradigma político, unas gafas violeta con equipos potentes a ese nivel, no se ha hecho, entonces al no hacerlo, creo que se ha traducido muy tímidamente esa visión feminista hacia la ciudad, ha repercutido poco en cambiar nuestras vidas.
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