Acoso callejero en grupo: los hombres lo ejercen para reafirmarse y aumentan la virulencia si las mujeres responden
«Hace unos días, unos tipos me acosaron, normalmente está en esa zona y me dijeron todo tipo de cosas, me asusté mucho…Ya no paso por esa zona». «Estaba volviendo a mi casa a las 9 de la noche, cuando un coche se detiene y dos hombres se bajan. Me empezaron a seguir y yo me puse a llegar hasta que llegué a casa». Son dos testimonios de mujeres jóvenes que viven en Madrid y que ilustran el informe ‘Inseguras en las calles’, de Plan Internacional, sobre el acoso masculino en grupos que sucede en las calles. El estudio, que se centra en cinco ciudades de todo el mundo (Delhi, Kampala, Lima, Sydney y Madrid) arroja varias conclusiones: que los hombres ejercen este acoso grupal como forma de reafirmar la masculinidad y reforzar vínculos, que cuando las mujeres responden aumenta la intensidad del acoso e incluso la virulencia y que los transeúntes apenas intervienen.
El estudio está basado en testimonios de chicas menores de edad y de mujeres jóvenes de estas cinco ciudades distintas. Sus experiencias muestran diferentes tipos de acoso: hostigamiento con comentarios sexuales, acoso verbal, incluidos silbidos y piropos, aproximaciones, acechos o seguimientos por las calles que hacia que niñas y mujeres tuvieran que huir o esconderse, amenazas o exhibicionismo.
Estos comportamientos, apunta Plan Internacional, restringen el derecho de las mujeres a disfrutar del espacio público y moverse con libertad. «Los hombres y chicos que cometen acoso ponen su necesidad de aceptación social en el grupo por delante de la necesidad de las chicas y mujeres de sentirse seguras en las calles», señala. Para los hombres que ejercen estos comportamientos, subrayan, se trata incluso de una manera de entretenerse y divertirse, «y suprimen la empatía hacia las víctimas para centrarse en reforzar el vínculo con el grupo y medirse con sus pares».
El acoso callejero de los hombres es de carácter «manifiestamente sexual» y se acentúa con la presencia de más hombres. «Algunos niños y hombres alientan el comportamiento acosador en grupo, posiblemente con temor a a convertirse ellos mismos en el objetivo de ataques, o quedar excluidos del grupo, en caso de manifestar oposición», describe la organización. La forma más común de acoso en todas las ciudades es la de llamar la atención de las mujeres «con comentarios no pertinentes».
La mayor parte de las veces el acoso se produce en las calles durante el transcurso de la vida cotidiana y con más frecuencia por la tarde y la noche. No obstante, en algunas ciudades es muy frecuente en los entornos de los centros escolares, con grupos de hombres que se reúnen o que bien pasan por allí para acosar o acechar a chicas. Tiende a ser, además, un comportamiento repetitivo que ocurre en los mismos lugares a las mismas horas. La organización advierte de que suele ser poco probable que los viandantes intervengan y que en algunos casos alientan, incluso, el acoso.
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