Entrevista a Sandra Morán: lesbiana, feminista, congresista
En enero de 2016 por primera vez en Guatemala, entró al Congreso de Guatemala una mujer que se declara tan lesbiana como feminista. Sandra Morán se acerca a este puesto con una historia larga de activismo radical, empezando con su entrada en el movimiento de izquierda en medio del conflicto armado, -cuando apenas tenía 14 años-, hasta sus propósitos actuales de enfrentar los temas urgentes de derechos humanos que afectan desproporcionadamente a las mujeres, poblaciones indígenas, y personas LGBTQ. Desde su crecimiento en la zona 7 de la ciudad capital, hasta su reciente mudanza a su nueva oficina en la zona 1, ha participado en movimientos y organizaciones sociales y artísticas enfocadas en levantar la voz y el estado de estas poblaciones.
Nos preguntamos, qué significa este evento en el contexto de un país como Guatemala, que tiene la cuarta cifra más alta de femicidio en todo el mundo, en donde una mujer es asesinada cada 12 horas, -según el reportaje publicado en 2015 por La Secretaría de la Declaración de Ginebra- y donde además el 72% de la población LGBTQ han sido víctimas de violaciones a sus derechos a la salud, trabajo y educación -de acuerdo a las encuestas publicadas por Colectivo Amigos Contra el SIDA en 2012-. Por ello, nos animamos a tener una conversación con Sandra Morán Reyes (cuyos títulos además de diputada congresista, también incluyen ser activista historiadora, música, revolucionaria y miembro del partido colectivo social Convergencia), para conocer su opinión política entre “la fuerza de afuera”, las situaciones más apremiantes que enfrentan el país y sus poblaciones más ignoradas, y la importancia de la organización social en estos tiempos.
¿Cuál es su definición de “feminismo”, y por qué piensa que es importante o relevante?
El feminismo es una posición política, una forma de ver el mundo y un conjunto de aportes teóricos que nos permiten comprender las inequidades y desigualdades de poder que existen. Hay varias corrientes feministas, que nos ayudan a comprender las diversas desigualdades que hay, tanto las de clase, las de pueblos como las de género. Nuestras propuestas se han ido construyendo desde las miradas de los pueblos y desde el feminismo más urbano. Es relevante porque me permitirá tener presentes los intereses, las necesidades y los derechos de las mujeres, de los pueblos y de las diversidades que son las excluidas en todo sentido.
¿Por qué es importante abordar los problemas sociales desde una perspectiva feminista?
Porque se ven las cosas de una manera diferente. Es decir, se identifican cómo las mujeres y la diversidad de los pueblos pueden ser afectados, o apoyados con determinadas cosas. Tenemos una visión y comprensión más amplia de la realidad, los pueblos nos dan una mirada más integral, incluyendo la espiritualidad y el universo. Entonces, en la combinación ampliamos en todo sentido.
¿Qué efectos piensa usted que podrían tener logros en las metas feministas para la sociedad en general, tomando en cuenta problemas como desnutrición, la falta de recursos de educación, etc.?
Los problemas de desnutrición, de falta de recursos en la educación y todos los otros problemas sociales también son problemas que las feministas vemos, porque afectan la vida de las personas, de las comunidades y sobre todo de las mujeres y las niñas del área rural y del área urbana, sobre todo a las mujeres mayas y xincas.
Leer el resto de la entrevista en Entre Mundos.