‘Hombres blancos cabreados’, un movimiento que suma adeptos a la velocidad de la ultraderecha
Son muchos los estudios demográficos que le han hecho un traje al votante de Trump, que ya prepara su reelección para este año. El 91% de los seguidores del actual presidente son blancos. La mayoría de bajo nivel educativo, con gran presencia de hombres solteros y conservadores. Aunque un análisis del voto oculto demuestra que las mujeres blancas también jugaron un papel decisivo en su llegada hasta la Casa Blanca.
Y aún así, su victoria pilló a muchos norteamericanos desprevenidos. Entre ellos, según confiesa, al sociólogo estadounidense, escritor, divulgador y experto en estudios de género Michael Kimmel. «Subestimé la profunda ira de muchos hombres blancos estadounidenses», afirma el también portavoz de la National Organization for Men Against Sexism.
«Cuando publiqué Hombres (blancos) cabreados en Estados Unidos, ¡el nombre de Trump ni aparecía!», explica Michael Kimmel en una entrevista concedida a eldiario.es. Un libro que acaba de llegar actualizado a España de la mano de Barlin Libros con traducción de Daniel Esteban Sanzol. «Han pasado los años y hemos sido testigos de un dramático crecimiento de ‘hombres blancos cabreados’ tanto en Europa como en Estados Unidos. Necesitamos, urgentemente, entender cómo encaja la masculinidad en nuestro mundo actual».
Hacia dónde apunta la rabia
En la sorpresa de Kimmel se podrán reconocer también muchos españoles: desde las elecciones del pasado noviembre, España dejó de ser una excepción en Europa y, por primera vez desde la reinstauración democrática, tuvo a la extrema derecha como tercera fuerza política del país. En abril de 2019 consiguieron 24 diputados. En octubre, los sondeos les daban 29 escaños… pero en las elecciones de noviembre sacaron 52. Pero, ¿tiene algo que ver el auge del partido de Abascal con la masculinidad?
En su ensayo, Kimmel afirma que la victoria de Trump y el auge de la ultraderecha en Europa ratifican su tesis. Según él existe un descontento -iracundo- y generalizado entre el varón blanco heterosexual fruto de una fusión de dos sentimientos: la superioridad y el victimismo.
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