Kika Fumero, directora del Instituto Canario de Igualdad: «La carga mental ligada a los cuidados sigue recayendo sobre las mujeres»
Un informe del Instituto Canario de Igualdad ha vuelto a evidenciar las desigualdades que aún existen entre hombres y mujeres en el reparto de tareas del hogar y cómo influye en la calidad del empleo y el poder adquisitivo de ellas. Los esterotipos de género siguen pesando en la sociedad canaria. La directora del Instituto Canario de Igualdad, Kika Fumero, resalta que es cierto que cada vez más hombres realizan tareas en el hogar, pero sigue existiendo esa idea de que «ayudan» y «la carga mental ligada a los cuidados sigue recayendo sobre las mujeres». De hecho, son ellas las que están pendientes de qué hay que comprar en casa, qué necesitan los hijos e hijas o si la ropa les queda pequeña, entre otras cuestiones.
Fumero señala que habla en términos generales, pero los datos están ahí. Según el informe de brechas de género del ICI, las desigualdades salariales no se localizan generalmente en el salario base, sino en los complementos, sujetos a factores subjetivos y a la clasificación de las ocupaciones, marcada por roles, prejuicios y estereotipos de género. La directora subraya que esto ocurre a pesar de que son mayoría las mujeres que cuentan con estudios universitarios y que, a pesar de incorporarse al mercado laboral más tarde porque realizan estudios de postgrado, llega un momento en el que su carrera se estanca por dedicar mayor tiempo el cuidado de los y las menores.
Este hecho hace que mermen las posibilidades de tener éxito en sus carreras profesionales. Cuando se pregunta a mujeres que han conseguido tener ese éxito «y que afortunadamente son más», algunas de las que sí que querían ser madres comentan que han tenido que sacrificarse. Además, las que sí han decido ser madres pero no han puesto esta cuestión en primer lugar en orden de importancia en sus vidas, tienen que «aprender a combatir el estigma social de eres mala madre y a combatir contigo misma ese sentimiento de culpabilidad».
Una mujer con hijos, recuerda Fumero, aún sigue siendo lamentablemente a ojos de las empresas una carga, mientras que para los hombres es un síntoma de responsabilidad. Así mismo, a su juicio, la pobreza no es que tenga rostro de mujer, tiene «rostro de andocentrismo y patriarcado». De hecho, el estar mejor preparadas que ellos ni siquiera se ha reflejado en que haya alguna presidenta de Gobierno mujer o al menos una candidata.
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