Nacidas en «igualdad efectiva», según la ley, pero con necesidad de pelearla: «Mis compañeros se lo toman a cachondeo»
En marzo de 2007 España aprobaba la Ley Orgánica para la igualdad efectiva de mujeres y hombres de la mano de José Luis Rodríguez Zapatero. El expresidente presumía de que aquella norma iba a «hacer justicia a las mujeres«. Paula tenía entonces cuatro meses y Carmen daba sus primeros pasos. Ahora ambas, desde Málaga, han promovido que uno de los temas que se trabaje en el III Encuentro Andaluz de Consejos de Infancia que organiza Unicef Andalucía en Mollina el 21 y 22 de marzo sea la igualdad, la violencia de género y las situaciones diferentes que tienen que vivir ellas por el hecho de ser mujer. «Decimos que hay igualdad pero no hacemos los cambios para que se consiga realmente», señala contundente Paula, que ahora tiene 13 años, los mismos que la semana que viene cumplirá aquella ley que, como el expresidente, presumía en su nomenclatura de «igualdad efectiva».
Pero las mujeres, como muestran los números, siguen enfrentando desigualdad en muchos ámbitos -en las tareas de cuidado, los salarios o las pensiones- y soportan una violencia sexual que no cesa. Paula y Carmen, aún jóvenes, lo han advertido y han decidido, al menos, poner sobre la mesa la cuestión ante el llamado ‘grupo impulsor’, del que forman parte 13 niños, niñas y adolescentes de entre 10 y 17 años que, voluntariamente, diseñan el tercer encuentro andaluz de Consejos de Participación Infantil y Adolescente. Todos ellos forman parte de órganos de participación infantil de distintos municipios andaluces.
«Vimos que ese era un tema importante y que no lo habíamos tocado mucho. La mujer tiene los mismos derechos que un hombre. Decimos que hay igualdad pero no hacemos los cambios para que se consiga realmente. Allí lo hablaremos entre nosotros. Muchos problemas de la sociedad se producen porque muchas veces las mujeres tienen menos importancia que los hombres», expone Paula a eldiario.es Andalucía.
Y ejemplifica con su cotidianeidad. «En mi instituto, por ejemplo en educación física, el maestro parte de que los niños son más fuertes y las niñas más débiles. Muchos piensan que las mujeres no pueden trabajar en algunas cosas pero sí pueden. Las despiden por las bajas que se piden para cuidar de sus hijos. Algunos de mis compañeros se lo toman a cachondeo», señala Paula, que en la Asociación Animación Malacitana pertenece a un grupo de +13 «donde hablamos de cosas así». A partir del encuentro andaluz de Unicef, confía en que «muchas personas se van a abrir más sobre este tema y rectificar sobre cosas que han hecho para no volver a hacerlas.
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