Igualdad de género y educación en tiempos del coronavirus
Las circunstancias excepcionales que rodean a la pandemia que azota al mundo están poniendo a prueba la Agenda Global 2030 y sus Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Esos que constituyen una llamada universal a la acción para poner fin a la pobreza, proteger el planeta y mejorar las vidas y las perspectivas de las personas. El logro de los ODS en la región iberoamericana —y, más específicamente, en cuanto al ODS4 de acceso a una educación de calidad e inclusiva — está en riesgo, según apunta la UNESCO, y los retrasos en su cumplimiento global dibujan la posibilidad de dejar atrás a los más vulnerables.
Los esfuerzos de todos países para afrontar los retos educativos en estos momentos de cuarentena se están centrando en diversos focos: en primer lugar, asegurar la continuidad del aprendizaje ampliando las modalidades de educación a distancia ya existentes basadas en diferentes combinaciones de recursos tecnológicos; en segundo lugar, animar a los maestros y administradores escolares a utilizar aplicaciones para apoyar la comunicación con los alumnos y los padres, logrando así un trabajo colaborativo entre escuela y hogar; y, finalmente, desarrollar campañas de sensibilización o estrategias de comunicación sobre la enseñanza a distancia.
Informes como Efectos de la crisis del coronavirus en la educación alertan sobre que la equidad en el acceso a la educación basada en tecnologías de la información y comunicación pueda suponer una brecha de aprendizaje que afecte a las poblaciones más vulnerables que no tienen acceso a las herramientas necesarias. El estudio también pone el foco en un posible aumento de las tasas de abandono escolar debido al cierre de los centros escolares.
¿Qué grupos de población pueden sufrir con mayor dureza esa brecha de aprendizaje? Llama la atención cómo la interrelación directa entre los ODS4 (Educación) y ODS5 (Género) apenas se está abordando en el desarrollo de iniciativas para reducir esa brecha durante esta crisis del coronavirus; y tampoco parecen tenerse en los planes de futuro para la readaptación tras el fin de la epidemia. Tal y como indica ONU Mujeres, “las decisiones y políticas son más eficaces si incluyen una perspectiva de género. De hecho, las decisiones y políticas que ignoran este tema no solo obtienen peores resultados, sino también suelen fracasar”.
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