Madres monoparentales que demandan al Estado: «Está muy bien que igualen los permisos de paternidad, pero nuestros hijos siguen teniendo menos derechos»
«Nos vemos obligadas a dejar a nuestros hijos al cuidado de otras personas o en una guardería mucho antes que las familias en las que hay dos progenitores. Es algo que tiene que cambiar». Cristina Vallés es madre de un niño de 11 meses y resume así la razón por la que se ha embarcado en un proceso que, aunque le lleve tiempo, confía en que dará sus frutos. Es una de las dos madres que, apoyadas por el sindicato CGT, acaban de presentar una demanda para exigirle al Estado el mismo tiempo de cuidado para sus hijos que las familias formadas por dos progenitores. «Vamos a llegar hasta el final, contemplamos Europa si hace falta», señala a elDiario.es.
Ambas se suman así a varias mujeres que han dado pasos similares. Las familias monoparentales llevan tiempo pidiendo un cambio en los permisos porque consideran «una discriminación» que sus hijos e hijas sean cuidados en casa menos semanas que si hubieran nacido en una familia de dos progenitores. Estas últimas disfrutan del permiso de maternidad y paternidad, pero en el caso de las formadas por una madre o un padre, solo del primero. La diferencia se ampliará en menos de dos meses con la aplicación del decreto aprobado en 2019 para fomentar la corresponsabilidad: a partir del 1 de enero, cada progenitor tendrá 16 semanas. De esta forma, podrán alargar el cuidado del bebé hasta un máximo de 26 semanas (seis simultáneas obligatorias nada más nacer, más otras diez cada uno), pero las monoparentales seguirán como hasta ahora.
«Al final nuestros hijos tienen menos derechos por el tipo de familia al que pertenecen. Son niños y niñas que son cuidados al nacer menos semanas que los que tienen dos progenitores y se están viendo perjudicados», prosigue Cristina, profesora de dibujo en un instituto público de Zaragoza. María Bravo (nombre ficticio) también comparte profesión, ciudad y situación familiar. Tuvo a su hija hace 13 meses, y, como su compañera, acaba de presentar una demanda pidiendo la ampliación de su permiso. «Te embarcas en esto sabiendo que va a ser difícil porque estás sola, pero poco a poco acabas viendo que no estamos reconocidas y que hay cosas como esta que son cuestión de la Administración. ¿Por qué no puede, por ejemplo, mi madre o mi hermana disfrutar del otro permiso?», se pregunta.
Las demandas, admitidas a trámite recientemente, no son las primeras que reclaman lo mismo –la Federación de Asociaciones de Madres Solteras (FAMS) ya ha impulsado acciones de esta naturaleza–, pero en esta ocasión lo ha hecho la Confederación General del Trabajo (CGT), al que pertenecen las dos madres. Se dirigen contra el Departamento de Educación, Cultura y Deporte del Gobierno de Aragón, que es el órgano que ha denegado la petición de ampliación de los permisos porque son profesoras. El trámite seguido es el habitual: dirigieron la solicitud al Instituto Nacional de la Seguridad Social (INSS), que la derivó a MUFACE, la mutua de funcionarias, y este a su vez al departamento del que dependen. Tras la denegación, presentaron un recurso de alzada sin éxito. El motivo es que lo que piden «no está contemplado en la normativa vigente», razona el organismo.
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