Rosamund Pike: «Exigir igualdad de género no es pedir condescendencia por ser mujer»
Desde que tiempo atrás protagonizara ‘Perdida‘, de David Fincher, Rosamund Pike (Londres, 1979) se ha convertido en una actriz tan perfectamente dueña de su carrera como consciente de la responsabilidad de ser conocida. Famosa incluso. Ahora estrena ‘Madame Curie‘, de Marjane Satrapi, donde encarna a la científica polaca de los dos premios Nobel y dice haber comprendido como nunca antes los riesgos que entraña el mayor de los poderes. «Ningún descubrimiento es equiparable al de la radiactividad capaz de lo mejor y de lo peor a la vez», comenta a modo de prólogo para situar a la película y a ella misma dentro de este mundo transparente del Hollywood global quizá. Licenciada en Literatura en Oxford, dice preferir a Verdi antes que a Wagner. Y antes a ‘Tosca‘ que a cualquier otra tentación. Pues eso.
La película huye de presentarse como un ‘biopic’ convencional, ni siquiera pone el acento en la reivindicación de carácter feminista…
Sí, así es. Su título original es ‘Radioactividad’ puesto que el argumento principal es cómo utilizamos los conocimientos científicos. No estamos hablando de la vida de una científica sino de sus logros. Lo relevante, en definitiva, es la responsabilidad. Alfred Nobel fue el descubridor de la dinamita y la pregunta que se hizo fue si podemos confiar en la ciencia. Esa es la cuestión recurrente. Observemos internet. En un principio es un gran logro que nadie discute, pero cada día vemos más claro todo el desastre que su mal uso puede provocar.
Marie Curie, sea como sea, fue maltratada por el simple hecho de ser mujer. Han pasado 100 años, hemos avanzado, sin duda, pero el problema persiste…
Y creo que lo más importante es subrayar que Marie Curie, exactamente igual que el feminismo actual, no pidió ningún tipo de dispensa por ser mujer. Ella se limitó a exigir respeto como científica. Jamás intentó utilizar el ser una mujer para hacerse la víctima, o lamentarse. Y mucho menos pidió disculpas por ello. Exigió ser respetada por su cerebro. Exigir igualdad de género no es solicitar condescendencia por ser mujer. Dicho así, parece obvio, pero, tal y como están las cosas, no lo es.
En cualquier caso, Marie Curie tuvo que ser infinitamente más inteligente que los hombres que la rodeaban para conseguir ser respetada…
Es cierto. La asunción generalizada es que ella no podía ser suficientemente buena porque era mujer. Y ese sobresfuerzo aún es una realidad en muchos ámbitos de la vida. Para triunfar siendo mujer tienes que ser doblemente lista, doblemente inteligente o doblemente capaz. Pero incluso antes de eso, tienes que disponer de una oportunidad para demostrar que vales.
¿Queda según usted mucho camino por recorrer?
Lleva mucho tiempo acabar con el status quo y si el poder ha estado y está en manos de los hombres blancos, ellos seguirán empeñados en que las cosas sigan igual. Sin embargo, sí es cierto que ahora mismo todo está cambiando y que nos hemos cansado de esperar. Por primera vez en mucho tiempo, la gente está activa y me atrevería a decir que vivimos una época equiparable a la Ilustración. No se trata de aceptar la diferencia sino de reconocerla. Y este cambio de actitud es el que está activo en movimientos como el MeToo o, más recientemente, con Black Lives Matter tras el asesinato de George Floyd. Quién sabe (se ríe) quizá después de la cuarentena seamos todos más conscientes.
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