“Hacer política exterior feminista no es solo nombrar más embajadoras”
Clara Cabrera (Madrid, 42 años) es embajadora en misión especial para la Igualdad de Género del Ministerio Asuntos Exteriores desde agosto de 2020. La función, aunque con un nombre distinto, la creó el Gobierno del entonces presidente José Luis Rodríguez Zapatero en 2007. Desde entonces ha habido cuatro mujeres al frente del puesto, que al principio se llamó embajadora para el Fomento de las Políticas de Igualdad de Género, y también un periodo en el que se quedó vacante, entre 2011 y 2018. La guía de política exterior feminista, de reciente aprobación en el ministerio que encabeza Arancha González Laya, es una de las labores impulsadas por Cabrera, licenciada en Derecho y Administración y Dirección de Empresas por ICADE, que está en la carrera diplomática desde 2007 y ha estado destinada en Camerún o Bolivia. Durante la entrevista cuenta por qué es importante esta guía o cuáles son las claves de su trabajo.
Pregunta. ¿Cómo es el día a día en su trabajo?
Respuesta. Tiene muchos retos. El primero, coordinar la participación de España en todo lo que está pasando en las diferentes partes del mundo en materia de igualdad de género. También colaborar con las direcciones que trabajan en viajes y visitas para que en los mensajes y reuniones de la ministra o la secretaria de Estado con mujeres de distintos países haya un fuerte componente de igualdad que les permita debatir sobre cómo avanzar.
P. ¿Cómo garantizan que las mujeres van a hablar con libertad en países donde sus derechos están amenazados?
R. Lo primero es tener una relación muy cercana con las organizaciones de mujeres. Creo que a través de un buen conocimiento del país sí que se garantiza que haya un diálogo franco. Estas reuniones sirven para conocer las necesidades y los intereses de la sociedad civil y eso nutre nuestra política exterior. Le pongo un ejemplo. En el caso de Túnez, firmamos un memorándum de entendimiento en la lucha contra la violencia de género que fue resultado de conversaciones previas, no solo con las autoridades sino también con las organizaciones de mujeres. Gracias a eso hay un convenio y Túnez tiene una ley contra la violencia que es un referente en el ámbito regional.
P. ¿Qué destacaría de su labor desde su nombramiento?
R. Un logro, no mío sino del ministerio, es la guía de política exterior feminista, que supone un avance en cómo integrar el enfoque de género y que nos permite llevarlo al terreno. Sirve para que todos sepamos cómo incorporar la igualdad en todas nuestras acciones, desde la seguridad y defensa hasta la lucha contra la trata.
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