El rapero ‘queer’ de 21 años que desafió a la extrema derecha estadounidense para llegar a lo más alto de las listas de éxitos
Montero (Call Me By Your Name) es el nuevo sencillo de Lil Nas X (nacido en 1999 con el nombre de Montero Lamar Hill) y esta es, a bote pronto, la cronología del tema. En julio de 2020 colgó un vídeo en Twitter en el que se le veía conduciendo mientras escuchaba un extracto de la canción. El clip, de solo 38 segundos y que sigue fijado en su canal, lleva más de 21 millones de reproducciones. En el intermedio de la última Super Bowl, el rapero protagonizó un anuncio de la firma de tecnología Logitech en el que su futuro sencillo sonaba de fondo. La final de la NFL es uno de los mayores escaparates mundiales para cualquier artista y aunque este año el evento tuvo los peores datos de audiencia desde 2007, rozó igualmente los 100 millones de espectadores.
La canción fue publicada el 26 de marzo, en un disco con portada del español Filip Custic, y ya ha llegado al número uno en el Reino Unido e Irlanda. El vídeo, un delirio kitsch (en sus tres minutos de duración, el artista cae del cielo al infierno y termina seduciendo, con sus botas de tacón alto, al mismo demonio), ha sido un éxito que ha rebasado los 100 millones de reproducciones. Unos 10 millones de visionados cada día de media. En Spotify ha alcanzado los 95 millones de reproducciones. Todo esto ha provocado que el lanzamiento de Montero (Call Me By Your Name) haya sido calificado por algunos expertos de internet como ejemplar. La edición estadounidense de Forbes se ha referido a toda la operación como “una guerra cultural que está dando resultados”.
“La clave del éxito de la campaña de Lil Nas X está en la combinación de dos conceptos: el uso del humor irónico tan característico de la Generación Z, a la que él pertenece, y la interacción con la comunidad”, considera la experta en redes sociales Janira Planes, autora de la newsletter Truffle Season sobre tecnología, memes y cultura de internet. “En su Twitter abundan publicaciones virales citando de manera irónica a comentaristas conservadores y construye tuits con la lógica memética de la plataforma. En YouTube se disculpa falsamente, ahora que los vídeos de disculpa por escándalos son un género en sí mismos, por haber sacado unas zapatillas satánicas. Publica también vídeos extraoficiales que alimentan el discurso y aportan nuevos sonidos con los que jugar y crear contenido. En TikTok aprovecha el contenido generado por los usuarios con su canción y lo republica en su perfil”.
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