Las mujeres afganas temen el regreso talibán con la retirada de EEUU: «Se avecinan días terribles»
A las puertas de la universidad a la que sus madres tuvieron prohibido ingresar, un grupo de mujeres espera a que sus amigas terminen los que temen que podrían ser sus últimos exámenes. «Los estadounidenses se están yendo», dice Basireh Heydari, estudiante en la Universidad de Herat. «Se avecinan días terribles con los talibán. Me preocupa que no me dejen salir de casa y mucho menos hacer lo que estoy haciendo ahora».
La decisión del gobierno de Biden de retirar todas las tropas estadounidenses de Afganistan antes del próximo 11 de septiembre pondrá fin a la guerra más larga para Estados Unidos. Aliados de la OTAN como Alemania anunciaron el pasado miércoles que seguirán los pasos de Washington y se marcharán del país. Frente a esto, los afganos temen que se intensifique el conflicto entre el gobierno nacional y los talibán, que fueron expulsados del poder hace dos décadas por la intervención liderada por EEUU.
Según estadísticas de la ONU publicadas hace unos días, el año pasado se disparó la violencia contra la población civil, especialmente mujeres y niños, y el control que tienen los talibán en el país es el mayor de las últimas dos décadas. Pese a esto, no están claros los beneficios de la actual presencia militar extranjera.
Pero el regreso a un gobierno extremista islamista podría deshacer uno de los logros menos controvertidos de la intervención: el levantamiento de la prohibición a la educación de niñas y mujeres.
La educación de las mujeres, en riesgo
Este miércoles, Heydari y sus amigas intentaban digerir las noticias sentadas en un bicitaxi en la entrada de la universidad. «Deseo una sola cosa, y es acabar mis estudios y, por supuesto, trabajar. Pero si vuelven los talibán, no creo que pueda hacerlo», dice.
No es seguro que el grupo fundamentalista tome el poder, y ellos han sugerido –quizá con intenciones oportunistas– que si gobernaran en el futuro, serían más flexibles respecto a la cuestión de la educación de las mujeres. Heydari espera que, si no cambian totalmente de opinión, al menos que se llegue un punto medio. «Si tienen problemas con la educación mixta, estoy dispuesta a estudiar en clases solo para chicas», dice.
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