Desigualdad en la música española: sin directoras en las orquestas sinfónicas
El sector de la música es un reflejo extremo de la exclusión que sufren las mujeres en la sociedad patriarcal. La igualdad brilla por su ausencia en la música, pero sobre todo en el ámbito de las orquestas sinfónicas profesionales. Según un informe elaborado por la Asociación Mujeres en la Música (AMM), al que ha tenido acceso elDiario.es, de los 25 casos investigados (todas las agrupaciones profesionales del Estado salvo la Orquesta Sinfónica de Murcia), a más liderazgo, responsabilidad y salario, menos mujeres. No han encontrado ni una ocupando el puesto de la dirección titular. La próxima temporada, Marzena Diakun (Polonia, 1981) será la nueva directora artística y titular de la Orquesta y Coro de la Comunidad de Madrid, y se convertirá en la única mujer en desempeñar ese cargo en España.
Otro de los datos más relevantes que se desprenden del estudio es que entre los instrumentistas de estas orquestas sólo el 33% de las sillas del escenario está ocupada por mujeres. Y en el caso de las solistas la cifra cae hasta el 23%. El estudio señala también entre las orquestas más masculinizadas a la Filarmónica de Málaga y la Simfònica del Vallés, con tan solo un 25% de mujeres en sus plantillas, frente a la más feminizada, la Real Filharmonía de Galicia, con un 43% de mujeres intérpretes.
La Asociación ha cotejado con las orquestas la composición al detalle de sus componentes y ha descubierto que la sección de cuerda es la que más representación femenina tiene, con un 42% de presencia. En las secciones de vientos ellas no pasan del 16%. Los violines y las flautas son los instrumentos que cumplen la paridad, con un 49% de mujeres violinistas y flautistas. Violas y violonchelos también están próximos a la paridad y llegan al 44%. Las secciones de contrabajos están muy masculinizadas, ellas representan un 9% de los intérpretes. Pero es en trombones (un 2%), trompetas (un 6%) y percusión (10%) donde apenas verán mujeres. Frente a estas cifras, ellas son el 100% de las intérpretes del arpa.
«No me sorprenden nada estos resultados, no son un invento de cuatro locas, así es el sector de la música: más machista que masculino», dice Marisa Manchado, compositora y ex subdirectora del INAEM hace más de una década. Estudió percusión y recuerda que eran dos mujeres en un grupo de treinta. Les advirtieron que no esperaran ser seleccionadas para formar parte de una orquesta. La fuerza patriarcal repercute incluso en el uso de instrumentos como el violonchelo, que hasta hace nada, cuenta Marisa Manchado, una mujer no se lo podía poner entre las piernas. El violín era impudoroso que se lo colocaran en el cuello y debían apoyarlo en la rodilla.
Contra la ceguera
La música académica está llena de prejuicios machistas como dejó claro Zubin Mehta, en unas declaraciones de 1970: «Simplemente, creo que las mujeres no deberían estar en una orquesta. Se vuelven masculinas. Los hombres las tratan como iguales… No me gusta, y nunca me gustará, la idea de agrupar a hombres y mujeres en las orquestas y otros grupos instrumentales. Una mujer hermosa distraería a los otros músicos y una fea a mí», aseguraba el director de orquesta indio.
Ahora, como compositora, Marisa Manchado tampoco lo tiene fácil: asegura que lleva seis años tratando de estrenar en el Teatro Real La regenta, con libreto de Amelia Valcárcel, «pero nada». «Si revisas la programación del Teatro Real sólo encontrarás hombres. Es inaceptable que las instituciones públicas ignoren la Ley de Igualdad de esta manera», añade Machado, que participó en el informe que realizó la asociación Clásicas y Modernas junto con la Fundación SGAE en 2017, en el que se desveló que sólo el 1% de las obras programadas por las orquestas sinfónicas españolas eran de mujeres. De ahí que, para romper con el duro techo de cristal, Manchado defienda las cuotas como un elemento imprescindible para la igualdad.
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