El profesorado jubilado y veterano también importa
Presentamos aquí un proyecto de investigación, titulado Desarrollo profesional Intergeneracional en educación: implicaciones en la iniciación profesional del profesorado (DePrInEd). Fue seleccionado en la Convocatoria 2018 de Proyectos de I+D+i «Retos Investigación», del Programa Estatal de I+D+i orientada a los retos de la sociedad, en el marco del Plan Estatal de Investigación Científica y Técnica y de Innovación 2017-2020. Está financiado por el que actualmente es el Ministerio de Ciencia e Innovación (por entonces, Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades) y los investigadores están llevándolo a cabo pertenecen a la Universidad de Murcia, en su mayor parte, y a la Universidad de La Laguna, aunque hay que añadir, para ser precisos, que en su plan de trabajo participa profesorado de otras universidades, incluidas algunas europeas.
¿Por qué sería potencialmente importante? A los investigadores de este proyecto de investigación, incluidos los firmantes de este artículo, les ha unido desde siempre el interés por el trinomio que conforman ´enseñanza´, ´profesores´ y ´escuela´. Y en esta confluencia residen dos realidades relacionadas que, principalmente, han motivado este proyecto:
- Por un lado, el progresivo envejecimiento del profesorado, una de cuyas consecuencias más importantes es la pérdida de conocimiento relevante e incluso crítico para la labor realizada en los centros educativos (por ejemplo, debido al mayor número de jubilaciones). Nos referimos a ese conocimiento calificado de ´experto´ o ´pericia´, pues refiere la destreza de aplicar el conocimiento técnico basado en el conocimiento teórico y que, a menudo, se obtiene a través de la experiencia.
- Por otro lado, el aumento de las diferencias de edad entre los profesores que hay en los centros, una de cuyas consecuencias más destacables son las creencias, actitudes e incluso estereotipos, no siempre justificados, aplicados sobre todo a docentes con edades más avanzadas, pero también a los más jóvenes (lo que suele denominarse ‘edadismo’).
Estas dos realidades son generalizables a buena parte de los sistemas educativos de nuestro entorno y suponen un claro desafío: la continuada pérdida de un gran caudal de recursos intelectuales atesorados a través de una dilatada experiencia, de una relevancia capital para el sostenimiento y la renovación del sistema educativo y, por ende, del derecho de todos a una educación de calidad. Tal contexto no hace sino poner de relieve la importancia que tiene hoy en día comprender los fenómenos generacionales entre los docentes y encontrar alternativas fundamentadas para dar respuesta positiva a los mismos.
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