Alejandro Montes: «Entre quienes abandonan encontramos perfiles muy diferentes que requieren respuestas muy diferentes»
Alejandro Montes es profesor de sociología de la educación en la UAB y miembro del equipo de investigación GEPS (Globalización, educación y políticas sociales), que coordinan, entre otros, Xavier Bonal y Aina Tarabini. Hace unos días fue el encargado de abrir el ciclo de seminarios sobre abandono escolar prematuro que organiza la Diputación de Barcelona, en el marco del proyecto Nuevas Oportunidades Educativas NOE 4.10, en el que presentó los principales resultados de la investigación El abandono escolar en la ciudad de Barcelona: un abordaje cualitativo a las experiencias y trayectorias escolares de los jóvenes, que ha llevado a cabo GEPS-UAB a lo largo del año 2020. Hablamos con Montes apenas terminado el seminario.
Ha estudiado los diversos perfiles jóvenes que caen en el abandono escolar prematuro. ¿Solemos ver sólo cifras y no personas?
No todos los estudios son sobre cifras, pero sí que es cierto que tenemos tendencia a buscar la cifra y no ir más allá. En los últimos años, y no sólo en el ámbito educativo, se han tratado de desarrollar estudios que pongan a la persona en el centro. Nuestro objetivo era hacer una mirada desde esta perspectiva que estuviera muy centrada en los jóvenes y, por tanto, que el análisis de causas y consecuencias se articulara por la experiencia de los jóvenes, tanto en lo referente al sistema educativo previo como en el momento de abandonar, así como de su proyección futura, identificando diversidad de situaciones y perfiles. Nuestro objetivo inicial no era hacer una tipología como tal, sino ver qué situaciones encontrábamos si contemplábamos todas las casuísticas posibles de experiencias de abandono escolar.
O sea que no buscaba crear un perfil de jóvenes, pero en cambio lo ha creado.
Pero no queremos que esta tipología sea para decir que si un joven es A y le sucede B acabará pasando C. No tenemos tanta evidencia como para crear una tipología que encasille a todos los jóvenes. Pero sí es cierto que tenemos una tipología muy diversa que amplía la visión más tradicional sobre el abandono escolar prematuro y que, sobre todo, nos permite identificar patrones, elementos, causas que permiten diseñar propuestas muy diferentes, porque no es lo mismo un joven cuyo abandono se explica por cuestiones relativas a la exclusión educativa y social que otro que su abandono se explica por falta de oferta o por la poca permeabilidad y trazabilidad de los itinerarios, o por problemas con la orientación. Eso sí que nos permitía generar dos grandes perfiles que se diferencian mucho, si bien dentro se generan otros subperfils, con causas muy particulares. Es un fenómeno muy complejo.
Incluso ha encontrado jóvenes que no consideran que hayan abandonado y en cambio son contabilizados como tales.
Encontramos algunos que han salido y vuelto a entrar y, por lo tanto, en algún momento han sido considerados abandonadores y ahora no lo son, pero también otros que actualmente se encuentran fuera del sistema pero que no consideran que hayan abandonado los estudios, sino que están en un proceso de búsqueda, de identificar qué quieren hacer, porque no han recibido la orientación para poder encontrarlo. Ellos entienden esta salida de la escuela como parte de un proceso y no se consideran abandonadores porque tienen muy claro que, si no es ahora, será mañana, pero que ellos estudiarán. Y, por tanto, es complicado, porque los estamos contabilizando igual que los que están completamente rebotados con el sistema y no quieren saber nada de la escuela.
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