«Igualdad» en la universidad
Los datos merecen un vistazo porque, en este caso, no mienten ni son susceptibles de interpretación alguna. Dibujan una pirámide muy evidente, con una gran base y una punta diminuta. En la universidad española las mujeres suponen un 54,3% del alumnado y un 57,6% de los titulados. A partir de ahí su presencia se va difuminando progresivamente según se asciende en el escalafón.
A nivel de profesorado los datos ya se invierten: ellas pasan a ser un 40%, ellos un 60%. La proporción se desploma en el siguiente escalón, las cátedras. Aquí hay cuatro hombres por cada mujer (80% frente al 20%). En la dirección el porcentaje es exiguo. Sólo una mujer rige los destinos de alguna de las 50 universidades públicas (2%), ocho si se contabilizan las universidades privadas. Todos los datos pertenecen al Ministerio de Educación. ¿Es machista la universidad?
«Sigue existiendo este techo de cristal o suelo pegajoso», sostiene Luz Martínez Ten, secretaria de Políticas Sociales de FETE-UGT. Hasta aquí todas de acuerdo. También hay consenso en torno a la idea de que la Ley de Igualdad de 2007 supuso un impulso. «Aunque en la universidad no siempre se cumple», matiza De la Calle. Pero a la hora de explicar esta desigualdad que los números señalan hay algunas opiniones diferenciadas.
Martínez Ten cita a la socióloga y política Marina Subirats para explicar que el problema viene desde abajo, desde los primeros niveles de la educación. «Se nos educa para no ser competitivas. Las chicas estudiamos mucho, sacamos buenas notas, pero cuando hay que competir hay una falla. Las expectativas de las mujeres, que en principio tendrían que ser iguales, van bajando según subimos en el escalafón», argumenta.
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