«La nuestra es una sociedad patriarcal, con estereotipos muy fuertes»
Giovanna Martelli es una apasionada de la política. Formada en el Partido Comunista, fue una de las fundadoras del Partido Democrático Italiano que hoy está en el gobierno de ese país con Matteo Renzi como primer ministro. Dice que no es feminista, pero desde su papel de consejera para la Igualdad de Oportunidades del primer ministro apunta que para el gobierno italiano la agenda de género es prioritaria y lo demuestra con algunos hechos concretos que se hicieron desde su asunción. El matrimonio igualitario será ley en el otoño, vaticina. Habla además de la relación con el “compañero” papa Francisco.
Martelli es diputada nacional por el PDI desde hace dos años, después de más de 30 años de militancia. Nacida hace 52 años en Torino, de niña vivió los ’70 –que define como años de grandes progresos sociales– con muchas leyes que garantizaban los derechos a los más débiles: el nuevo derecho de familia, la ley de divorcio, la ley de aborto, la nueva ley de salud mental (que cierra los manicomios). Criada en una familia de obreros supo lo que significaba avanzar socialmente. En 1982 se afilió al Partido Comunista y en 2007 participó de la fundación del Partido Democrático. “Para las mujeres fue un gran paso adelante la constitución del PDI, porque por primera vez se fijan reglas claras dentro del estatuto que facilita la participación de las mujeres, con la cuota”, dijo.
–¿Una cuota del 30 por ciento?
–Más, el 40 por ciento. Con la cuota entré en el organismo dirigente del partido y en 2012 fui candidata a las primarias para ser parlamentaria y luego fui elegida en 2013. Para mí fue un gran honor.
–¿Qué prioridad le da el gobierno a la agenda de género?
–La primera. Hicimos un plan nacional contra la violencia de género. Hicimos un acuerdo con todas las provincias italianas en el plan. El plan está basado en la Convención de Estambul, el principal instrumento legislativo, porque es vinculante para los países que lo adoptan, en contra de la violencia de género. Uno de los primeros actos del Parlamento fue ratificar la Convención de Estambul.
–¿Qué obstáculos hay para avanzar en la erradicación de la violencia en la sociedad y las instituciones?
–Es una sociedad patriarcal con muchas contradicciones. Porque por un lado tenemos leyes de divorcio, legalización del aborto y, del otro lado, recién en 1981 se abolió el delito de honor, el que justificaba que los hombres mataran por adulterio de su mujer. La nuestra es una sociedad patriarcal, con los estereotipos masculinos y femeninos muy fuertes. Tenemos un estereotipo de hombre autoritario, de un hombre que tiene que hacerse ver como fuerte, una figura que impone.
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