La Psico Woman: el consultorio feminista a ritmo de electrolatino en Youtube
La Psico Woman es lo más parecido al consultorio sobre sexualidad de revistas míticas de generaciones adolescentes anteriores como la Vale o la Bravo, pero en formato vídeo. Isabel Duque —su nombre real— da talleres en institutos de Granada sobre coeducación, prevención de las violencias machistas y educación psicoafectiva con perspectiva de género. Hace tres años se dio cuenta de que más que películas, series, revistas o libros, los y las adolescentes seguían a los youtubers como a nuevos gurús de una generación, la 3.0.
«Empecé a ver los vídeos de los que me hablaban y me quedé muy flipada porque me di cuenta de que son muy machistas, muy homófobos y muy racistas», explica Isabel a Broadly. «Usando la risa, pero desde la rabia, lanzan mitos muy fuertes y muy obsoletos sobre la sexualidad femenina, sobre las mujeres. También me habían hablado de las chicas youtuberas. Las más famosas son las que hacen tutoriales de trucos de belleza. Dan la imagen de que ser mujer es estar preocupada por tu estética. Como me costó mucho encontrar referentes distintos a los machitubers y a las youtuberas de belleza decidí hacerme youtubera feminista».
Y así nació la Psico Woman, la primera youtubera feminista que se dirige a adolescentes para hablarles sobre sexualidad de manera inclusiva, esquivando la heteronormatividad y abrazando la diversidad.
El alter ego de Isabel surge cuando su vecina le deja una cámara y empieza a hacer pruebas. «Pensaba en un personaje que enganchara a las y los adolescentes. Hay un perfil que a mí me encanta: las y los chonis. Me di cuenta de que hay una parte de mí que es muy choni. Nunca me había atrevido a sacarla y a raíz de crear a la Psico Woman me visto así. Los pendientes de aro, lo dorado, el leopardo, la cebra… Veo en ellas ciertos movimientos, formas de hablar e interaccionar con otra gente que son de chica empoderada. Quería cogerlo por ahí para hablar de sexo con ellos. Quería que se engancharan con mi personaje y no dijeran de mí que era una panoli. Y ha funcionado».
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