Precursores en igualdad
Muy lejos quedan, por suerte, los años en que niños y niñas estaban en clases separadas en el colegio. El género se imponía no solo en el espacio, sino también en la educación que recibían. Ahora ambos sexos conviven en las aulas y reciben la misma educación. Pero aún queda mucho por andar para que la igualdad sea efectiva y total, social o laboralmente e incluso en ámbitos familiares. EL CEIP Guillermo Fatás de Zaragoza, en el barrio de Santa Isabel, es el primer colegio de Aragón (y único de momento) que tiene un plan de igualdad de elaboración propia. Creado en junio del 2016, ya se está aplicando este curso en Infantil y Primaria.
«La Administración debería establecer la obligatoriedad de un plan de igualdad para todos los centros de primaria y secundaria: los primeros años de vida son fundamentales», afirma Carmela Sauras, jefa de estudios del CEIP Guillermo Fatás. Y es que a pesar de que desde la Secretaría de Estado de Servicios Sociales e Igualdad se publicó un plan 2014–2016 donde se especifica que en educación hay que «fomentar la realización de acciones de sensibilización y formación en la educación en igualdad, en las familias y en los centros educativos», en la práctica no existen.
El documento
Sauras, explica que este plan del Guillermo Fatás se creó «para la sensibilización de la comunidad educativa en temas de igualdad, y sobre todo en la prevención de la violencia de género». «Todos los años elaborábamos una temática común, pero pensamos que había que plasmarlo en un documento para que tuviese un seguimiento y se aplicase todos los años». En él se incluyeron las directrices del plan: «Los profesores trabajan en sus clases la igualdad, desde charlas hasta otras actividades. Por ejemplo, esta semana con la conmemoración del día de la violencia de género, el pasado viernes, los alumnos de infantil dramatizaron la obra Arturo y Clementina, de temática contra la violencia machista». «Toda la comunidad educativa está implicada en las medidas de actuación que establece el plan. Se crea un buen ambiente y hay muy buena convivencia», añade Sauras.
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