«¿Por qué no bailas reguetón tú, Pablito, guapo?»
Un poco tardío, llegó un mensaje de WhatsApp al móvil con un enlace y un «mira esto», y otro con un audio: «Yo le hubiese contestado, ¿por qué no bailas reguetón tú, Pablito, guapo?». Al abrir el enlace aparecían unos dos minutos del programa de Antena 3, El Hormiguero, del pasado lunes 24 de abril.
Las invitadas eran Blanca Suárez, Maggie Civantos, Nadia de Santiago y Ana Fernández, protagonistas de Las chicas del cable, de Netflix, que se estrena este viernes. Y Pablo Motos volvía a lo que empieza a convertirse en una costumbre: preguntas y comentarios machistas, la mayoría fuera de lugar y, sobre todo, menospreciando el trabajo de quienes se sientan en ese plató precisamente por su carrera profesional.
En esos breves y gloriosos minutos, el presentador comenzaba así la conversación: «Enseguida hablamos de Las chicas del cable, pero tengo que comentar un tema porque si no reviento. Estábamos discutiendo en el pasillo una cosa y os la quiero preguntar, así de sopetón. Es una pregunta que todo el mundo se hace ahora mismo sobre las chicas, ¿vosotras sabéis bailar reguetón?».
Más allá de que el mundo no se está preguntando si las mujeres saben bailar reguetón, está el pequeño detalle de que en esa mesa estaban sentadas cuatro actrices españolas —todas con varios años de profesión en sus mochilas—, que el próximo 28 de abril estrenan una serie que saldrá en 190 países de forma simultánea, en una plataforma que ronda los 100 millones de usuarios, y con una temática que no solo cuenta la parte laboral de aquellas trabajadoras que entraron en una empresa de telecomunicaciones a principios del siglo XX, sino que se adentra en la nueva forma de mujer, en una pequeña revolución que consiguió cierta independencia durante unos años y que soñaba con derrumbar los prejuicios machistas que asolaban (y está visto que siguen asolando) este país.
El tráiler de la serie empieza así: «En 1928 había 2.000 millones de personas en el mundo, con sus propios sueños, sus ilusiones, y, sobre todo, sus problemas. La vida no era fácil para nadie. Y mucho menos si eras mujer. No éramos libres, pero soñábamos con serlo». Pero sí, lo mejor tras presentarlas y hacerles su acostumbrado pase torero como quien muestra unos cuantos trofeos, es preguntarles si bailan reguetón.
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