Manifiesto para las chicas listas
Qué vergüenza, ¿no? Un manifiesto. Así, a lo loco. En realidad, no tanto. En realidad, esto es un cúmulo de apuntes que resumen, sin teorización alguna, lo que a mí me hubiera gustado oír cuando empecé a pensar acerca del lugar que ocupamos en el mundo. El resultado de conversaciones, discusiones y charlas con mujeres que se dieron el Golpe en la Cabeza e intentaron luchar contra la sensación de sentirse impostoras, las injusticias constantes y absurdas en la intimidad y en el trabajo, la apremiante y terrorífica imposición mediática de lo que teníamos que ser y en realidad no somos.
Así que no, no es un manual de instrucciones, no son consejos, sino más bien unos principios básicos que pueden servir de ayuda y a los que llegué solo gracias a la ayuda de mujeres brillantes.
1. El feminismo es variado, ¿y qué?
Uuuuh, las feministas se pelean todo el día entre sí. Uuuuh, esa es una abolicionista y la otra es radical. Uuuuh, esa es anarcofeminista.
Nada le gustaría más al sistema que nos rodea que, como en La vida de Brian, la película de Monty Python, los diferentes grupúsculos que componen la lucha feminista acabaran enfrentados hasta la implosión por puro desgaste. Ja. Sigue soñando, chaval.
El mayor mito sobre el feminismo es que su extremada pureza hace que sea inaplicable a gran escala. Y lo cierto es que es una falacia como la copa de un pino: hay corrientes diferentes, posturas variadas e incluso enfrentadas, pero la realidad demuestra que están de acuerdo en lo esencial. Y eso es ampliar los derechos de las mujeres, recortar sus desigualdades y que vivamos en una sociedad más justa.
El feminismo, o más bien, los feminismos han logrado a base de lucha y presión todos los derechos que disfrutamos las mujeres hoy en día. TODOS. Si eso no es una razón para hacerte feminista, ya me dirás. ¡Viva!
2. Si te hace sentir bien, es bueno para ti. Ya sea un bocadillo o una persona
¿Fácil, eh? Pues así es. Evidentemente, tiene su letra pequeña. Que te haga sentir bien sin que después te sientas fatal. Que te haga sentir bien como te hace sentir un buen concierto, una ducha en el infierno, conspirar contra los malos, ese tipo de cosas.
El truco es la falta de comparación: a las mujeres nos han enseñado a tener que cumplir una imagen aspiracional imposible, y esa imagen se nos repite constantemente. Ya sea como un anuncio de perfume francés o un montaje musical de películas románticas — ¿alguien ha follado alguna vez como se folla en las películas?— , cumplir el ideal es imposible.
Por eso, independientemente de las contradicciones, independientemente del hecho moral que haya detrás, hay cosas que te hacen sentir bien. Practícalas.
Un día puede que incluso se conviertan en algo que te salve la vida.
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