Comunidad LGBT, la más vulnerable en la ciudad de México
Ausencia de servicios de salud, de justicia; desempleo, violencia de género, desconocimiento sobre documentos de identidad para extranjeros, falta de registro e información cuantitativa y trato digno, son algunos de las situaciones a las que constantemente se enfrentan las mujeres; niños, adolescentes, y personas de la comunidad lésbica, gay, bisexual, transgénero, transexual, travesti e intersexual (Lgbttti) y migrantes, sujetas a protección internacional en la Ciudad de México, de acuerdo con el diagnóstico interseccional sobre la situación y necesidades de estos grupos.
El documento fue elaborado por la organización Sin Fronteras, defensora de derechos humanos de los migrantes, con el fin de ampliar los programas sociales para este sector de la población e insertarlos dentro de lo cotidiano.
Irazú Gómez Vargas, de Sin Fronteras, dijo en conferencia de prensa que “el tema de la inclusión tiene que ser visto desde una perspectiva mucho más amplia. Las respuestas que se han impulsado son insuficientes. No se han implementado para que transformen el fondo de la vida de los migrantes”.
Refirió que la apertura a los programas sociales especialmente está dirigida a los repatriados, por lo que existe “un vacío en el acceso a derechos de las personas migrantes”, sobre todo con la actual postura antimigrante del presidente de Estados Unidos, Donald Trump.
El documento fue dividido en tres ejes para detectar y realizar recomendaciones a las autoridades para que estos grupos accedan a una mejor calidad de vida en la capital del país.
En el grupo de mujeres, se identificó que no hay avances significativos en cuenta al conocimiento de documentos de identidad para extranjeros en instituciones públicas y privadas, sufren violencia de género y ausencia de servicios de salud mental para sobrevivientes de este flagelo.
En los niños y adolescentes, la investigación muestra que se requiere mayor trabajo en el trato que reciben, al ser calificado como no humano. Igualmente carecen de información para participar de sus procesos migratorios, de atención institucional con enfoque de género, y se han detectado deportación de posibles casos de asilo no identificados.
Leer el resto del actículo en La Jornada.