Humanae: educar para la igualdad mediante la fotografía
«¡Buenas tardes, Angélica! Soy profesora en la escuela pública de la ciudad de Guarulhos, en São Paulo. La escuela donde trabajo escogió la diversidad como tema del proyecto este año. Todos los años participo con mis alumnos en una exposición llamada Muestra de la Educación. Durante el primer semestre trabajé con ellos y utilicé el proyecto Humanae para hablar de diversidad, diferencias y respecto. Les mostré tu TED Talk y cuando les di la idea de usar tu proyecto como inspiración para el nuestro, se entusiasmaron».
Cada semana, la fotógrafa brasileña Angélica Dass recibe, de distintas partes del mundo, varias cartas como esta, escrita por una profesora brasileña llamada Cristina. Desde que en 2012 concibió el proyecto Humanae como un trabajo de fin de carrera de una de las principales escuelas de fotografía de España, centenares de personas en todo el mundo han usado las cerca de 4.000 fotografías que componen Humanae con fines educativos.
Humanae es un work in progress, un trabajo que potencialmente no tiene fin y que intenta destruir los códigos de colores asociados a la raza, al mismo tiempo que propone una reflexión sobre igualdad. Mediante millares de retratos de personas nacidas en diferentes geografías, climas y latitudes, Dass intenta demostrar que ni los blancos son realmente blancos ni los negros son realmente negros, más bien serían de alguna tonalidad de marrón.
«Hago retratos sobre un fondo blanco. Cojo un punto de 11 por 11 píxeles de la piel de la nariz y coloco este color sobre el fondo de la foto. Después busco el equivalente en el catálogo de colores llamado Pantone, que es usado a nivel industrial. Lo que he creado es una gran paleta de colores, como las de los pintores, solo que es de colores humanos», explica la fotógrafa. «El Pantone es conocido como el color real, así que para mí esta paleta es la real. Ninguna de las casi 4.000 personas retratadas en Humanae son realmente blancas, negras, amarillas o rojas», agrega.
El trabajo surge de una historia familiar típica en Brasil. Dass reúne en su cuerpo varios colores. «Tengo sangre indígena, africana y portuguesa. Dentro de mi casa siempre vi todos estos colores representados y, aunque eran diferentes, eran tratados de la misma forma. Lo que intento es llevar esta idea de igualdad que aprendí en mi familia multicolor hacia el mundo», afirma.
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