Sensibilización: Alojados en la igualdad
La gerente de un hostal de Burgos ha sabido compaginar su actividad laboral con el compromiso con la formación en igualdad. En 2015, Ana Sancho comenzó a pensar en el proyecto «Pequeños amos de casa» para educar en igualdad de género y corresponsabilidad en las tareas del hogar. Con su establecimiento como base, el proyecto ha ido creciendo, con cerca de una treintena de vídeos «colgados» en el canal YouTube que ya cuenta con cientos de suscriptores y supera las 80.000 visitas.
La iniciativa parte de una serie de tutoriales disponibles en YouTube orientados a enseñar a niños y adolescentes las tareas domésticas de una forma «sencilla y divertida». Se trata de que aprendan de forma amena cómo hacer una cama, planchar, poner una lavadora, tender la ropa, limpiar el polvo o pasar la aspiradora. El complemento ideal es la práctica.
De hecho, el éxito del programa reside en las sesiones que alumnos de colegios de entre 8 y 17 años ponen en práctica en el Hostal Acuarela, en la capital burgalesa. Empezaron de forma tímida, pero el pasado año ya se sumaron a la iniciativa dos colegios concertados de la capital burgalesa y otro concertado y uno público de la provincia. Son grupos de hasta 25 alumnos que pueden aplicar lo que han aprendido en internet y, con un pago prácticamente simbólico por chaval, que puede asumir el centro educativo, dedican tres horas lectivas a conocer de primera mano las tareas del hogar que han visto previamente en internet. «Se trata de que valoren estas actividades y de que vean que pueden realizarlas perfectamente, aunque requieren cierto esfuerzo y práctica», explica Ana.
De hecho, el éxito del programa reside en las sesiones que alumnos de colegios de entre 8 y 17 años ponen en práctica en el Hostal Acuarela, en la capital burgalesa. Empezaron de forma tímida, pero el pasado año ya se sumaron a la iniciativa dos colegios concertados de la capital burgalesa y otro concertado y uno público de la provincia. Son grupos de hasta 25 alumnos que pueden aplicar lo que han aprendido en internet y, con un pago prácticamente simbólico por chaval, que puede asumir el centro educativo, dedican tres horas lectivas a conocer de primera mano las tareas del hogar que han visto previamente en internet. «Se trata de que valoren estas actividades y de que vean que pueden realizarlas perfectamente, aunque requieren cierto esfuerzo y práctica», explica Ana.
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