Ser mujer rural en Extremadura
Mucho se ha hablado de la discriminación por cuestión de sexo, de la brecha salarial y de todas las violencias que se ejercen sobre las mujeres en cualquier territorio del mundo. La cosa se complica mucho si hablamos de países donde las vías de desarrollo no son aún evidentes y en aquellos donde la legislación sigue siendo desfavorable para la población femenina.
En España, pese a haberse alcanzado la igualdad formal, sigue siendo un reto la consecución de la igualdad efectiva y real. Quizá uno de los mayores retos que se planteen en el camino hacia ese logro sea la igualdad en el empleo, ya que de esta depende en gran medida la causa del empobrecimiento femenino.
Aunque es verdad que la crisis condena a ambos sexos a un estado de vulnerabilidad social, es mucho más acentuado en las mujeres, ya que es en ellas donde recae el mayor porcentaje de desempleo. Extremadura tiene un porcentaje de paro del 25,1 por ciento de la población activa, una tasa superior a la media nacional y la sitúa en una de las Comunidades Autónomas con el mayor porcentaje de paro. De las 110.989 personas en situación de desempleo en Extremadura, 65.638 son mujeres y 45.351 son hombres. El sector agrícola es el segundo con mayor índice de paro.
Se ha demostrado de todas las maneras posibles que ser mujer juega en contra, es de palmaria evidencia, pero si eres mujer, perteneces al área rural y, además, eres extremeña, lo más seguro es que estés triplemente discriminada. La media de mujeres representa el 43 por ciento de la mano agrícola en los países de desarrollo pero si verdaderamente tuviesen las mismas posibilidades de acceso a los recursos productivos que los hombres, la producción se vería notablemente aumentada.
Las mujeres rurales se exponen además, a un mayor índice de contratación temporal, menor remuneración económica por el trabajo realizado que los hombres y están condenadas a realizar más horas debido a las responsabilidades domésticas, de cuidados y reproducción atribuidas a las mujeres en las sociedades machistas.
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