Sol Díaz, ilustradora: «Las mujeres estamos cansadas ya de aparentar, queremos ser»
¿Qué se entiende por ser una mujer elegante? Una mujer distinguida, dotada de gracia, culta, discreta y con estilo. Pero existen otros tipos de elegancia, y no solo aquellos establecidos por los convencionalismos sociales. Para la ilustradora Sol Díaz, «una mujer elegante es dueña y soberana de su cuerpo»; «una mujer elegante cubre sus temores con pelo»; «una mujer elegante dialoga con su parte oscura para iluminarse».
En estas viñetas repletas de humor, sarcasmo e ironía, la autora chilena Sol Díaz despliega muchas respuestas a esta pregunta, reflejando diversos tipos de mujer elegante: salvaje, libre, insegura o de paso firma. «Ese otro tipo de elegancia es ese misterio que llevamos todos dentro, donde nunca somos tan libres, ni tan conservadores, elaboramos discursos hacia afuera, pero guardamos pequeñas encrucijadas por dentro. Busco entrar en ese lugar de sentimientos prohibidos, vergüenzas, historias que no contamos, secretos, recuerdos, deseos, que se mezclan con peinados de peluquería, uñas perfectamente pintadas, cuerpos castos e impolutos», nos cuenta Sol. «Me gusta jugar con las contradicciones que veo en mí y en todas las mujeres. Me interesa encontrar a esa mujer real y libre que vive en ese interior oscuro de cada intento de perfección que tanto construimos para caer bien, agradar y aparentar».
Cuando le preguntamos a Sol por qué tipo de mujer elegante se considera ella, entre risas nos dice que «La peor. Creo que soy una mujer elegante muy contradictoria: a veces me creo muy libre y valiente y al rato me visitan unas voces con ideas de señora, con miedos y vergüenzas… Pero no me complico, juego con esa contradicción, me causa curiosidad, me gusta saber que hay varias partes de mí, muchas que aún ni conozco».
Estas mujeres elegantes de Sol Díaz empezaron a aparecer en uno de sus cuadernos, en «una croquera muy elegante, pequeña y con papeles fabrianos texturados, ¡muy elegante! (risas), que me regaló una amiga. La miré y me dije «tengo que hacer puros dibujos elegantes en ella». Y así empecé a jugar con un lápiz muy delgado y comenzaron a aparecer estas mujeres de peinados elevados, cuellos largos, tacones y secretos. Este libro son todos dibujos sacados directamente de esa croquera, sin edición. Quise siempre mantener ese primer impulso de las primeras rayas, sin pretensiones».
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