Arantxa Unda, la licenciada en Harvard que apostó por el «big data» sanitario
Sus compañeros de promoción de Harvard iban a trabajar en Google, Tesla o Uber. Ella en cambio regresaba a Madrid para ponerse al frente de Sigesa, la empresa familiar especializada en tecnología de gestión sanitaria. “Me debatía entre el miedo y la ilusión. Estaba dejando de lado la oportunidad de quedarme en Estados Unidos y trabajar en una gran compañía y, además, volvía con una deuda y un proyecto sólido que no podía abandonar si no me gustaba”, recuerda Arantxa Unda (Madrid, 1987). Desde entonces su vida ha cambiado “radicalmente”: ahora le cuesta encontrar días para viajar. Incluso horas para salir a correr. Pero no se ha arrepentido de la decisión.
Creció escuchando a su padre hablar del negocio sanitario a todas horas. En el desayuno, la comida y la cena. Pero “como buena hija rebelde”, precisa, decidió explorar otros caminos. Trabajó en bancos de inversión en Nueva York y en Londres, pero no tardó en darse cuenta de que “no le atraía ni la industria ni el estilo de vida del sector”. El MBA en Harvard fue decisivo. “Ahí vi todo el potencial que tenía el análisis de datos para la mejora de la sanidad y entendí que esa empresa que había fundado mi padre en los noventa era un gran activo”.
En octubre de 2015 asumió el cargo de directora general de Sigesa. “No quería estar por imposición divina, siempre quise huir de ser la hija del jefe, así que busqué financiación, conseguí un crédito bancario y adquirí un 37% de la empresa, aunque tengo control sobre el 40%”. Cuando realizó la transacción, su padre acababa de cumplir los 65 años y acariciaba la merecida jubilación, así que estaba sola al mando. ¿Sus primeras decisiones? “Extremar la prudencia. No innovar. Observar y aprender porque aquí había gente con mucha experiencia y en sanidad hay que entender muy bien cómo funciona el sistema para desarrollar herramientas que tengan un verdadero impacto. Esperé prácticamente un año para tomar decisiones estratégicas”, relata.Sigesa colabora con 400 hospitales públicos y privados en España, Portugal, Italia y América Latina. “Desarrollamos sistemas que ayudan a los gestores a recoger y analizar información”, explica. “Por ejemplo, hay una comunidad autónoma que con el uso de nuestros algoritmos ha adaptado la carga de trabajo de los médicos de atención primaria para que esté más equilibrada. Antes la calculaban per capita, es decir, a cada uno le correspondían 10.000 pacientes. Pero, evidentemente, no es lo mismo atender a un anciano de 80 años con cinco patologías crónicas que a un chico de 18 años sano, y con nuestro software han podido reorganizar los cupos”.
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