Mujeres y olimpismo, una relación difícil
Las Olimpiadas se recuperaron a finales del siglo XIX, en una época en la que se contemplaba el deporte como un elemento más del progreso humano. Sin embargo, este progreso y esta actividad estaba restringida a los varones. Poco a poco, las mujeres fueron logrando ser incluidas en la práctica del deporte y en las competiciones deportivas, gracias al impulso de instituciones como la Federación Internacional Deportiva Femenina y al esfuerzo de miles de mujeres anónimas. En este artículo publicado en Píkara Magazine, Tamara Lucarini Cortés y Carlos Pulleiro Méndez hacen un repaso a la historia de este proceso, con sus diferentes etapas y logros actuales. Aunque la participación de las mujeres en el olimpismo es hoy en día de un 40%, todavía queda camino por recorrer:
No se pueden negar los logros numéricos de la participación, pero ¿son el 50% de mujeres participando en los Juegos Olímpicos en un 50% de eventos una meta suficiente? En 1996 se estipuló que para el año 2005 el 20% de los cargos decisorios en los cuerpos deportivos olímpicos estuviera en manos de mujeres, pero hoy día, solo 11 están como presidentas de algún CON, solo hay un 17´6% en los comités ejecutivos de los CONs y un 18% en las Federaciones Internacionales olímpicas. Esta lentitud en la introducción de mujeres en cargos de poder dificulta aún más que los debates en el deporte trasciendan lo numérico, y no se centren por ejemplo en cuestionar, que quienes hacen deporte solo tienen como única referencia al héroe olímpico cubertiniano.