Cómo educar en igualdad a niñas y niños
Los padres y madres somos los faros que guiamos a los barcos llamados hijos e hijas. Queremos que nuestros marineros lleguen a buen puerto, y que el altamar no los maree ni les lleve por rumbos extraviados. Educar no es otra cosa que acompañarlos en el descubrimiento del mundo, pero, ¿qué sucede cuando los niños se dan de bruces con una sociedad desigual? ¿cómo preparar a los más peques para no empaparse con las tormentas del racismo, el machismo y el clasismo? Si aspiramos a construir un mundo más justo, educar en igualdad es la labor titánica obligatoria. Es una faena que requiere que la comunidad educativa y las familias soplen hacia la misma dirección.
En el preámbulo de la LOMCE queda enmarcado: solo un sistema educativo de calidad, inclusivo, integrador y exigente garantiza la igualdad de oportunidades y hace efectiva la posibilidad de que cada alumno o alumna desarrolle el máximo de sus potencialidades. La orientadora educativa Laura Jiménez considera que la realidad en las escuelas no alcanza estos principios, ya que hay una falta de inversión real, carencia de tiempo para abordarlos, e incluso, profesorado poco formado en materia. Laura cree que la educación en igualdad no se puede entender como una acción puntual, sino como una visión-misión del centro y que se debe reflejar y trabajar en el hacer diario. Aunque en el sistema educativo (y en la sociedad) imperan valores como la obediencia, la competitividad o la meritocracia, cada vez son más profesores y familias que tratan de reformular y poner los valores igualitarios, el compañerismo y la justicia en el centro de la educación.
Laura Jiménez imparte la asignatura de Valores éticos en Secundaria, el temario incluye la Declaración de Derechos Humanos, la moral y los procesos de discriminación. La orientadora cuenta que cuando se reflexiona sobre estos temas, los primeros argumentos y respuestas son las de sus familias, lo que oyen y ven en casa, pero según avanza, se observa que los chicos y chicas se independizan mentalmente y adquieren capacidad crítica. Félix García Moriyón ha impartido filosofía durante cuarenta años y actualmente es profesor de formación al profesorado en la Universidad Autónoma de Madrid. Félix forma parte de la Red de Filosofía para niños. Cuenta que desde los tres años somos capaces de entender conceptos como el bien y el mal. Anima a poner a los pequeños a pensar, de forma circular, que no se establezcan jerarquías y que desde la escucha activa y la introducción de conceptos, relatos o situaciones de igualdad o desigualdad, se les incite a dialogar. Considera que filosofar es un arma contra la desigualdad. Filosofar es preguntarse los porqués y pensar qué es o qué no es justo. Si les enseñamos valores como el amor y el respeto, y les invitamos a mantener la reflexión diaria y abierta, ninguna injusticia acaba siendo justificada. Enseñar a los peques a pensar, más que a memorizar y vomitar, es proporcionarles la herramienta más útil de su vida.
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